El joven vigués asegura que decidió matricularse en el ciclo superior de Integración Social para "prevenir y ayudar" a quienes se ven en una situación similar a la que él vivió desde niño. "Cuando acabe este ciclo pretendo trabajar y especializarme en acoso escolar para ser un apoyo para gente como yo y que las escuelas aprendan a cómo actuar en estos casos. Hacen falta más herramientas para luchar contra esto", sostiene Alejandro Gómez.

"Los colegios tampoco tienen muchas armas reales para luchar contra el acoso. Tienen protocolos y normas que al final se reducen en que se expulsa al agresor pero vuelve con más ganas rabia y hasta que lo vuelvan a expulsar habrá otra serie de agresiones", explica Gómez, quien hace hincapié en que no es solo un problema de lesiones físicas.

"Lo peor es que te afecta psíquicamente. No es normal que un compañero de clase a los seis años te diga que tu padre se ha muerto porque no te quería y le estorbabas", recuerda el vigués, que ha conseguido tomar distancia de aquello.