Los expertos que investigan el accidente del tren Celta, ocurrido a principios de septiembre y que se saldó con la muerte de cuatro personas y cerca de medio centenar de heridos, no han apreciado contradicciones en los testimonios de los testigos a los que entrevistó ayer. Su relato confirma así la información que ya manejaban los técnicos.

La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) se entrevistó ayer con trabajadores de Adif, Renfe y Comboios de Portugal (CP) para abordar detalles del descarrilamiento del tren, ocurrido el 9 de septiembre. Según explicaban más tarde técnicos de la CIAF, sus declaraciones han servido para corroborar la información de la que ya se disponía y no han mostrado "ni contradicciones, ni cosas raras".

En total los técnicos de la comisión se entrevistaron con seis personas, de las que dos eran empleados de Comboios de Portugal. Entre los testimonios recabados está además el del responsable del Centro de Mando de Ourense, el jefe y un compañero del maquinista -un ciudadano luso que falleció en el descarrilamiento- y operarios de mantenimiento de Adif. Aunque no trascendió nada sobre el contenido de esas entrevistas, técnicos de la CIAF sí han señalado que no encontraron "nada sorprendente" ni "cosas extrañas" en el relato de los testigos.

"Todo ha ido en la línea de lo que ya sabemos e investigamos", señalan desde la comisión, que remarca que las entrevistas no han aportado "nada que llame atención especialmente". Desde la CIAF apuntan en cualquier caso que las pesquisas se encuentra aún en una fase "muy temprana", centrada principalmente en recabar toda la información disponible. Todos esos datos, recabados en las inspecciones del convoy, la vía o durante las entrevistas, serán "analizados y contrastados" más tarde.

"Estamos en la fase de recopilar datos. Hemos entrevistado a varias personas y ahora analizaremos sus testimonios y sacaremos información que nos sea útil para nuestra investigación", anotan. Entre los datos que manejan los técnicos hay cuestiones relacionadas con las infraestructuras, la señalización, el estado del convoy o también el testimonio de los trabajadores.

Al estar todavía en esa etapa inicial de las pesquisas, los técnicos apuntan que mantienen "todas las hipótesis posibles" acerca de las causas del descarrilamiento. "Nunca se sabe lo que se puede encontrar; es cuestión de ir despacio y no descartar ninguna hipótesis", explican desde la CIAF, convencidos de que todavía es "pronto" para precisar más. Lo que sí han confirmado es que el tren circulaba por una vía desviada y que "había un problema" el día anterior en esa parte del trazado. De hecho, el convoy debía ir a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora debido a ese desvío, aunque la caja negra desveló que su velocidad era de 118 km por hora cuando descarriló. Los investigadores matizan en cualquier caso que la incidencia detectada era una "situación habitual" y que se estaban realizando comprobaciones "casi rutinarias".

Por otra parte el Juzgado de instrucción 2 de O Porriño ha autorizado la reparación de las vías donde se produjo el descarrilamiento. La magistrada había condicionado ese permiso a que los peritos judiciales realizaran antes una comprobación, una prueba que se realizó finalmente ayer. También requirió a Adif que informe de la finalidad y la duración de los arreglos en la vía.