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Un ingeniero informático vigués competirá en la final mundial de un concurso de programación de IBM

Antonio Álvarez Rodríguez, de 23 años, obtuvo el primer premio en la fase nacional de la competición "Master the Mainframe"

El ingeniero informático Antonio Álvarez, ayer, en el puerto. // A. Irago

Los datos para el alunizaje y despegue del Apolo 11 fueron procesados por una computadora mainframe de IBM, el principal fabricante de este tipo de ordenadores de alta capacidad. Desde que Neil Amstrong pisó la Luna, su capacidad para almacenar y gestionar grandes bases de datos ha ido en aumento hasta hacerlos imprescindibles en multinacionales, bancos o gobiernos. El ingeniero informático vigués Antonio Álvarez Rodríguez competirá en la final mundial del concurso "Master the Mainframe" de la compañía tras demostrar su habilidad para programarlos y obtener el primer premio en la fase española imponiéndose a universitarios de todo el país.

"Es un campo que no se ve mucho en la universidad. Es totalmente diferente a lo que hacemos en la facultad o con el portátil en casa y me apetecía mucho conocerlo. La tecnología mainframe permite trabajar con grandes cantidades de datos en tiempo real. Si no existiese no podríamos pasar la tarjeta de crédito en el súper, por ejemplo. Pero ganar nunca se me pasó por la cabeza. Cuando recogí el premio en Madrid, varios directivos de IBM me comentaron que les sorprendía que hubiese ganado alguien tan joven y sin experiencia", revela.

Antonio, que en abril cumplirá 24 años, asegura que fue aprendiendo el funcionamiento de estos ordenadores de alta capacidad mientras avanzaba en el concurso hasta llegar a la tercera y última fase, donde tenía que resolver situaciones reales como el análisis del índice de mortalidad infantil en bases de datos de la población mundial.

Tras recoger su acreditación en Madrid de manos de la responsable de Iniciativas Académicas de IBM España, Dolores Salcedo, el vigués está pendiente de conocer dónde tendrá lugar la final mundial. "En los últimos años se celebró en Nueva York. El viaje será el mejor premio", señala.

El joven estudió la carrera en la Universidad de A Coruña y actualmente realiza las prácticas del máster en Ingeniería Informática en la empresa viguesa Transglobal S.L., del Grupo Davila, donde desarrolla programas informáticos para terminales portuarias y depósitos de contenedores, así como para la gestión de marinas deportivas.

Está contento con su trabajo actual, pero no le importaría dar el salto al campo de los ordenadores mainframe: "Soy joven y no me gusta cerrar puertas. Intento aprender de todo lo que hago. La gente que trabaja en esta tecnología tiene perfiles bastante específicos y muchos profesionales que empezaron en los años 70 se van a jubilar ahora, así que hay oportunidades por ahí. La gente de IBM me dejó entrever esta posibilidad y no la descarto en el futuro".

El ingeniero vigués, que acabó el Bachillerato en el Colegio Miralba y la carrera con sendos premios extraordinarios, también está trabajando en su proyecto fin de máster. Se trata de una colaboración con sendos grupos de investigación de A Coruña y la Complutense de las áreas de química y medio ambiente para desarrollar un programa informático de medición de la calidad del aire.

Además, Antonio practica varios deportes y cuenta con estudios de grado elemental y profesional de piano: "Fui al Conservatorio hasta los 16 años, ahora es una afición, pero la música me aporta una manera de relajarme y liberar tensiones. Es una manera de expresarme".

"No tengo nada que ver con el mito del informático aislado en la caverna con el pelo largo. Uno tiene que hacer un poco de todo y yo no puedo quedarme quieto. Si me paro me ahogo", bromea sobre su carácter inquieto.

Lo que sí comparte con muchos compañeros de profesión es la vocación temprana: "Mi padre compró el primer ordenador cuando yo tenía 6 años y siempre me interesó la informática. Lo estropeé un par de veces intentando saber cómo funcionaba".

Además de elegir una profesión que le apasiona, también disfruta de una elevada empleabilidad. "El índice es bastante alto. Todos mis compañeros están trabajando. Es un sector que tiene mucho que decir y que aportar", defiende.

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