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La sede de la Tesorería de la Seguridad Social arranca en un mes y acogerá a 240 funcionarios

El BOE publica al fin el contrato, adjudicado por 12 millones en noviembre - La obra del edificio tiene licencia desde hace cinco años -Se restaurará la antigua fachada de La Metalúrgica

Vista de la zona. // FdV

La eterna espera para construir la sede de la Tesorería General de la Seguridad Social en Vigo llega a su fin tras ocho años de retrasos, una licencia concedida en 2011 y prorrogada cuatro veces, reajustes en el proyecto, y una licitación más larga de lo habitual al suspenderse temporalmente el procedimiento por el recurso, después desestimado, de una de las empresas que pujaban por la obra. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer la formalización del contrato por 11.965.000 euros con las empresas Proyecon Galicia y Construcciones Joenfe, ganadoras del concurso. Fuentes de la Tesorería señalaron ayer que los trabajos empezarán como máximo "en un mes". El plazo de las adjudicatarias para terminar la que será una de las mayores dependencias administrativas de la ciudad será de tres años.

El edificio, formado por tres bloques conectados, el más alto de ellos con nueve alturas, estará ubicado en parte del terreno de la antigua fábrica de la Metalúrgica, en García Barbón. Las instalaciones darán acogida, según refleja el proyecto, a 240 funcionarios de hasta 15 departamentos, desde la dirección y la secretaría provincial, a intervención territorial, informática, gestión recaudatoria, administración de la tesorería, asesoría jurídica, ordenación e impugnaciones, pagos, recaudación ejecutiva, inspección, prevención, procedimientos especiales y el centro de atención e información y prevención.

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La parte de la fachada de la antigua Metalúrgica situada frente a García Barbón será restaurada, y los nuevos edificios se levantarán un metro por detrás, hasta lindar en el fondo de la parcela con Serafín Avendaño. Las fachadas serán acristaladas y el bloque orientado hacia García Barbón tendrá seis plantas dedicadas íntegramente a oficinas. En paralelo y pegado a Serafín Avendaño estará el volumen de nueve alturas, de las que dos se destinan a aparcamiento, tres a almacén y las cuatro más altas a oficina. Ambos edificios quedarán unidos por otro central con seis niveles, todos ellos destinados a dependencias administrativas. Además habrá dos sótanos, uno de ellos para garaje y el otro de instalaciones y servicios técnicos según figura en el proyecto. La superficie total es de 13.250 metros cuadrados.

La obra de la sede tiene licencia desde 2011 y en los últimos años ha sido prorrogada hasta cuatro veces para evitar su caducidad, lo que obligaría a una nueva tramitación. La reciente anulación del Plan Xeral no le afecta, según señalan fuentes municipales, ya que el permiso es firme. El proyecto estaba presupuestado inicialmente en 24 millones, pero el año pasado se realizó una revisión que dejó su coste en 19,9. Finalmente fue adjudicada la obra el pasado mes de noviembre en 12 tras un concurso al que concurrieron 57 empresas. Una de las ocho que quedaron excluidas por "bajas temerarias", Acciona Infraestructuras S.A., presentó un recurso y el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales, dependiente del Ministerio de Hacienda, suspendió la adjudicación durante un mes. Finalmente fue desestimado.

El Gobierno socialista había dejado en 2010 aparcado el proyecto dentro de las medidas de recorte presupuestario. Un lustro antes la Tesorería se había hecho con el solar tras pagar 10,8 millones a la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de la Seguridad del Estado. En la parcela estaban hasta hace unos años las antiguas cocheras de la Policía Nacional. La ministra de Trabajo, Fátima Bañez, anunció en febrero de 2015 la licitación inmediata de la nueva sede, aunque transcurrirían varios meses hasta que saliese a concurso la obra.

Tras la adjudicación del contrato el ministerio ha evitado dar fechas sobre el comienzo de los trabajos. La semana pasada, consultados sus portavoces, por este periódico, insistió en que no había un calendario marcado para que las máquinas entrasen a trabajar en la céntrica parcela de García Barbón.

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