"Había tres perros, dos de ellos de los considerados de raza peligrosa, y les gritaron: '¡Muerde, muerde! ¡Ataca, ataca!" Ésta fue una de las manifestaciones realizadas ayer en el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo por uno de los dos policías nacionales de paisano que hace ya cinco años resultaron heridos después de que cuatro miembros de una misma familia supuestamente les agredieran y azuzaran canes contra ellos cuando se disponían a ejecutar una orden de detención y personación en el juzgado de un joven familiar de los supuestos agresores, quien además era objeto de una investigación policial. El fiscal mantuvo su petición de 6 años de cárcel para cada acusado -la solicitud suma 24 años en global- al atribuirles un delito de atentado a agentes de la autoridad y dos de lesiones: se trata de Javier Ángel A.L., su padre Miguel Ángel A.F., su abuela Elvira F.L. y Juan Ramón M.M., cuñado del segundo. Las defensas, mientras, demandan la libre absolución y, de forma subsidiaria, que se aplique la eximente de estado de necesidad o que se califiquen los hechos como falta de lesiones.
Ocurrió la tarde del 13 de enero de 2011 en la calle Mantelas, en el barrio de A Salgueira, cuando los dos agentes hacían labores de vigilancia para arrestar al joven al que buscaban, Cristian, al que vieron salir en ciclomotor. En un primer momento lograron interceptarlo, pero después la situación se complicó. Y mucho. Los policías corroboraron ante la juez que fueron objeto de agresión por parte de los acusados, que supuestamente actuaron para impedir la detención de Cristian -uno era el padre- y facilitar que se escapase.
Ambos aseguraron que, pese a ir de paisano, se identificaron como policías. "Me identifiqué con la placa y el carné profesional; escuché también a mi compañero gritar '¡Alto, policía", concretó por ejemplo uno de ellos, que llegó a "engrilletar" a Cristian, aunque éste al final logró zafarse por la acción de los acusados. "Salió una marabunta de gente de la casa", añadió, precisando que, entre otras lesiones, uno de los acusados "me partió la nariz". "Azuzaron tres perros contra nosotros, dos de los considerados de raza peligrosa", afirmó, explicando que llegaron a esgrimir sus armas reglamentarias precisamente por los canes para proteger "nuestra integridad física". Los perros eran un bulldog francés, un cruce de Shar Pei y un labrador.
Los policías sufrieron lesiones. Ambos presentaban mordiscos de los perros, así como erosiones y contusiones debido a las agresiones, y a uno se le diagnosticó además rotura de los hueso de la nariz. El Ministerio Público pide indemnizaciones para ambos agentes: de 4.660 euros y de 6.460.
