La diócesis de Tui-Vigo apuesta por la transparencia de sus cuentas. Por eso ha hecho públicas las principales partidas de un presupuesto que supera los 3,5 millones de euros que se dedica en gran medida a la atención de los pobres a través de Cáritas (1,6 millones) y a pagar las nónimas de sus dos centenares de religiosos (1,7 millones). La institución cerró el pasado año con un saldo positivo de 400.000 euros. Y es que los ingresos del año pasado superaron las previsiones presupuestarias, lo que le permitió terminar el ejercicio con las cuentas saneadas.
La publicación de las cifras se enmarca en la celebración del día de la Iglesia Católica, que tiene lugar hoy. Su finalidad es concienciar a la comunidad religiosa de que forman parte de la institución y "solicitar la colaboración económica para poder llevar a cabo la misión", según el obispado.
El 50% del dinero que entró en sus arcas se destina al sueldo de los 183 párrocos y del resto de personal, tanto administrativo como religioso, lo que incluye al propio obispo, Luis Quinteiro. El salario mensual de los sacerdotes ronda los 770 euros, cantidad que aumenta hasta los 1.145 en caso de estar jubilado. Un retirado gallego recibe de media 739 euros mensuales. Quinteiro destaca la necesidad de "ayudar" y la importancia de mostrar "absoluta transparencia" por parte de la Iglesia en sus números: "Para pedir ayuda, hay que justificar su destino".
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La segunda partida de mayor cuantía está destinada a la restauración de templos, casas rectorales y complejos parroquiales. El Consello de la Xunta aprobó el pasado viernes la Lei do Patrimonio Cultural para reforzar el control sobre la protección de los bienes que pertenecen a la institución religiosa.
Las labores sociales de Cáritas también presentan un monto importante en las cuentas generales: 1.665.000 euros fueron destinados a la atención de los más desfavorecidos. "En esta jornada pretendemos: concienciarnos de que formamos una gran familia, la Iglesia. Nada de lo que acontece en ella debe sernos ajeno y todos debemos sentirnos corresponsables de la misión de la misma y de su sostenimiento, tanto a nivel parroquial como diocesano", apuntó Julio Ramos, delegado para el Fondo Común Diocesano.
Los demás gastos se reparten entre el mantenimiento de los seminarios, tanto la conservación de los edificios como los gastos de funcionamiento y el de los distintos organismos diocesanos.
La diócesis, que ocupa una extensión de 1.700 kilómetros cuadrados, menos de la mitad sur de la Provincia de Pontevedra, obtiene parte de sus haberes (2.557.000 euros) del Fondo Común Interdiocesáneo que gestiona la Conferencia Episcopal Española. Además de esta fuente, una gran cuantía proviene de las donaciones que los vigueses hacen directamente a sus arcas. La diócesis está formada por 293 parroquias que abonaron hasta 348.000 euros. Uno de los días clave para estas colectas es hoy, la entidad recoge unos 34.500 euros a través de aportaciones.
La diócesis asegura que trabaja para "mentalizar de que es necesario caminar hacia la autofinanciación. La Iglesia debe ser financiada fundamentalmente por sus fieles". Para ello puede nutrirse de sus 54 comunidades de religiosos y religiosas, 1.500 catequistas que colaboran en la formación y 42 asociaciones y movimientos de apostolado seglar que trabajan en distintos ambientes: familia, trabajo, enseñanza, juventud y caridad.
