La representación política en el Concello ha dado un vuelco tras el 24-M y el cambio de escenario repercutirá de forma importante en el espacio que ocupará cada grupo, los ediles liberados y el personal de apoyo para realizar su trabajo. El portavoz socialista, Carlos López Font, se reunió ayer con Elena Muñoz (PP) y Rubén Pérez (Marea) para tratar sobre los medios con los que se dotará a cada fuerza política para que ejerza su labor, y el planteamiento sobre el reparto de superficie, según fuentes conocedoras del contenido, pasa por redistribuir de forma proporcional al peso obtenido por cada partido las dependencias de la octava planta, a la que regresaría el PSOE tras aumentar su representación en seis ediles, los mismos que perdieron los populares, y en la que también se instalará Marea.
Los socialistas ocuparán más de la mitad del espacio, en concreto las dependencias principales del grupo mayoritario de la oposición, además de un despacho que utilizaba el BNG. Al PP se le asignan una sala de reuniones anexa a este, empleada también el pasado mandato por los nacionalistas, así como las oficinas del fondo, que ya ocupaban anteriormente los populares. A la Marea se le adjudica un despacho que usaba Chema Figueroa como portavoz del PP.
Las conversaciones no están cerradas y los dos grupos mayoritarios de la oposición demandan más recursos. El PSOE tiene claro que los medios deben seguir un criterio de proporcionalidad, adaptándose a la representación de cada grupo, y la de los socialistas ha crecido exponencialmente mientras que las del PP ha menguado hasta casi la mitad. Esto se traduciría en igual medida en el número de ediles liberados y personal de apoyo. Los populares contaban con tres concejales con dedicación completa en la anterior Corporación, y según la exposición de Font a los portavoces, indican las fuentes consultadas, pasarían a tener una exclusiva y otra parcial. Los asesores y administrativos bajarían de cuatro a dos.
En cuanto a la Marea, se le concedería un edil con media dedicación y el grupo dispondría de un auxiliar. El BNG, que tenía tres ediles (la misma representación que Marea) contaba con un concejal liberado y dos dedicaciones parciales, además de cuatro asesores y administrativos, si bien el escenario ha cambiado completamente. El PSOE dispone de holgadísima mayoría absoluta, con 17 de los 27 concejales, no necesita negociar, y requiere recursos y espacio ante su salto en la representación.
La portavoz del PP, Elena Muñoz, consideró ayer al término de la reunión que el planteamiento de Font es "un punto de partida", cuyos términos no especificó ni evaluó, y anunció que su grupo municipal presentaría "una contraoferta", con lo que queda claro que los populares consideran insuficiente el planteamiento del gobierno local.
La Marea, por su parte, ha remitido un escrito a Font en el que propone varios cambios. Sobre el espacio específico asignado a su grupo se muestran satisfechos, pero demandan una zona común para visitas y reuniones de trabajo de los grupos municipales. Sobre las dedicaciones de los ediles, el grupo liderado por Rubén Pérez propone una parcial y otras dos de nueve horas, de modo que los tres concejales "puedan compatibilizar la vida laboral e institucional", indican en su escrito. En cuanto al personal eventual Marea considera que para el normal funcionamiento de su grupo es necesario un auxiliar administrativo y un asesor. Además, se refiere a la asignación económica a los partidos políticos de la Corporación e indica que "aumentarla en base al número de ediles y disminuir el fijo supone otro agravio para los recursos políticos de los grupos constituidos", por lo que piden "mantener el criterio anterior para equilibrar el trabajo de los tres grupos".
