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Juno, el terror de los "trapicheros"

La perra "detectora" de drogas de la Policía Local de Vigo localiza cientos de gramos de sustancias en menos de un año de servicio

En mitad de un operativo buscando droga en el maletero de un coche. // M.G.B.

Se incorporó a la Policía Local hace apenas diez meses y se ha convertido ya en el terror de los "trapicheros" y consumidores de droga gracias a un privilegiado hocico. Se trata de Juno, la perra de aguas propiedad de un agente que integra la primera Unidad Canina creada por el Concello. Su olfato es infalible y ha contribuido ya a multiplicar los hallazgos de sustancias estupefacientes que, sin ella, pasarían desapercibidas para los policías. "En menos de un año ha podido llegar a localizar cientos de gramos, la mayoría en lugares recónditos", destaca su dueño y adiestrador, R.S.

Marihuana oculta bajo el salpicadero "trucado" de un coche, hachís en el interior del pomo del cambio de marchas, hierba en el doble fondo de recipientes de desodorantes o falsos mecheros, envoltorios de cocaína entre la maraña de cables de un equipo de música de un pub, en el hueco de la batería de teléfonos móviles o en pilas, latas y llaveros simulados... El listado de escondites en los que Juno ha logrado encontrar droga es enorme.

Tiene tanta precisión que más de un "trapichero" se ha quedado pálido. "El perro es un fenómeno", le reconoció un traficante en una barriada marginal de Valencia donde prestó una de sus muchas colaboraciones y después de localizar varios gramos de marihuana escondidos tras una baldosa. A otros simplemente los deja mudos, como durante uno de los controles de drogas del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) de la Policía Local de Vigo, al que está adscrita la Unidad Canina. Los agentes detectaron un coche con varios jóvenes de los que sospechaban que llevaban algo. "Olía a marihuana y llevaban más de mil euros en metálico encima, por lo que todo apuntaba a que venían de vender esa noche. Revisamos el coche de arriba abajo, pero nada. Ellos incluso se estaban riendo al ver que no les localizábamos ninguna sustancia. Les insistimos en preguntar si llevaban algo y que íbamos a meter al perro. Pero nos respondieron con chulería: "metedlo", explica R.S. Juno entró y, en cuestión de segundos, toco con su hocico sobre el reloj del salpicadero y se sentó, señal de que había detectado algo. "La cara de los chicos mudó por completo", recuerda su dueño. "Habían cortado y desmontado la pieza haciendo que fuera imperceptible. Debajo guardaban una bolsa de marihuana", recuerda.

La perra participa en una media de dos dispositivos por semana. Generalmente en vehículos, pero también en parques e inmediaciones de colegios e institutos. Y es que su labor preventiva y disuasoria en estos dos últimos casos es clave. "En el parque de Camilo José Cela, por ejemplo, nos felicitaron los vecinos. En un operativo Juno marcó a un grupo de jóvenes y, aunque no llevaban nada encima, confesaron que habían estado consumiendo. La voz se corrió y según pudimos constatar y nos trasladaron los propios vecinos, estuvieron más de un mes sin aparecer. Éste también es el objetivo de la Unidad Canina", destaca R.S.

Los mayores éxitos de Juno fueron en un pub de Vía Norte, donde localizó varias papelinas de cocaína, hachís y marihuana detrás de la barra, en el fondo de un cubo de basura y hasta en medio de los cables de un equipo de música. En lo que a grandes cantidades se refiere, su éxito quedó patente con la localización de hasta 12 barras de hachís escrupulosamente ocultas en la guantera de un coche.

Liberando estrés

Aunque la búsqueda de droga forma parte del trabajo de los agentes, para Juno no es más que un juego que realiza para lograr una recompensa muy modesta. ¿Cuál?, pues un simple "churro" mordedor. Y es que cada vez que encuentra algo, su dueño lo premia. Sin embargo, cuando no consigue hallar, Juno se estresa, por lo que su instructor tiene que "engañarla" para que se recupere al cien por cien. "Lo que hacemos es esconderle alguna sustancia, ya sea en un coche policial o en cualquier otro punto para que lo encuentre y poder premiarla. Así se le quita ese estrés", explica.

R.S. es el único agente de Policía Local con la titulación de Guía Canino e instructor de Guías Caninos y Adiestramiento Profesional de Galicia. A "Juno", de 6 años, la tiene más que preparada, aunque la sigue entrenando. Entre sus objetivos -confiesa- está el de formar más perros.

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