Al margen de los problemas para fijar población nueva en el centro, el segundo factor determinante que está acusando el padrón municipal es el retorno a sus lugares de origen de la población inmigrante que no logra trabajo en la ciudad. El número de extranjeros se disparó hacia la mitad de la última década, pero lleva seis años de continuo retroceso y desde 2010 se ha perdido a 1.921 residentes que han dejado la cifra oficial de inmigrantes asentados en el municipio en 15.884.

Se trata de 659 personas menos que hace justo un año y la caída se produce fundamentalmente entre la población sudamericana. Actualmente residen de forma oficial en Vigo 6.243 personas procedentes de Amércia frente a las 9.092 que llegaron a residir hace apenas cuatro años. Pero el aumento del desempleo en la industria les ha hecho buscar nuevas oportunidades en otras ciudades españolas o regresar a sus países.

En este mismo periodo ha seguido aumentando el número de inmigrantes europeos, que se sitúan ya en 7.384, mientras que se mantienen sin apenas variaciones los originarios de África y Asia que llegan a la ciudad con intención de establecerse de forma permanente. Son 1.550 y 707, respectivamente.