Los productores de "Toro" tratan de llevar el rodaje con la mayor discreción posible para evitar grandes aglomeraciones. Pero el traslado a cualquier punto de la ciudad de un equipo que integran más de sesenta personas hace prácticamente imposible esquivar miradas curiosas y que se reúnan las seguidoras de Mario Casas, principal objetivo de las jóvenes viguesas. Un pequeño grupo consiguió entregarle ayer una tarta en el hotel.

En su segundo día de trabajo en la ciudad, la grabación de este thriller dirigido por Kike Maíllo se trasladó a primera hora de la tarde al hospital Povisa, donde se planificó una escena en la que el protagonista, Toro, interpretado por Mario Casas, llega herido junto a su pareja -Ingrid García-Jonsson-, que necesita ser ingresada de urgencia.

Aunque el movimiento de cámaras y técnicos arrancó varias horas antes, no fue hasta las siete y veinte de la tarde cuando se oían los primeros gritos al llegar a la zona un vehículo negro en el que pudo verse a Casas en el asiento del copiloto aún sin caracterizar con sus largas patillas. El actor gallego acabó el lunes con la camisa blanca ensangrentada y una mano herida en el rodaje en Monteporreiro (Pontevedra).

En esta ocasión el trabajo discurría en el interior del edificio y su entrada fugaz por el garaje fue la única ocasión que tuvieron las fans de ver a su ídolo, a quien acompaña en esta apasionante historia el también gallego Luis Tosar, a quien ayer no se vio por el set de rodaje. Tampoco está previsto por ahora que participe en la grabación José Sacristán que encarna en la cinta a un mafioso al que se enfrentan los hermanos López y Toro.

Tras mes y medio en Andalucía y visitar durante unas horas Cerceda y Ourense, el equipo de "Toro" recaló en Vigo el miércoles y tiene previsto quedarse diez días para luego recorrer otros puntos de la provincia hasta el 27.

Se ha visto a los actores tomando algo por la zona del Náutico y a parte del equipo recorriendo las calles de Urzáiz, quizá en busca de alguna nueva localización de interés.