Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista con el ingeniero del puente de Rande

Álvarez Arnau: "De Miranda logró que Rande sea emblemático"

"Fabrizio era una persona afable; siempre daba soluciones a los problemas y le encantaba Galicia"

Arnau (con jersey rojo) durante las obras del puente. // J. R. Álvarez Arnau

El fallecimiento del ingeniero italiano Fabrizio de Miranda el pasado miércoles en Milán, a los 88 años de edad, deja al puente de Rande huérfano de padre. A principios de los años 70 De Miranda recibió desde España el encargo de diseñar el viaducto que hoy -más de cuatro décadas después- destaca como uno de los emblemas de Galicia. El también ingeniero José Ramón Álvarez Arnau, de 74 años, tuvo la oportunidad de trabajar codo con codo con De Miranda gracias a su cargo en las obras, en las que dirigía el montaje del tablero que compone el puente.

-¿Qué papel jugó Fabrizio de Miranda en la creación de Rande?

-Fue el ingeniero que diseñó el puente. Hizo el proyecto a principios de los años 70, una época en la que estaba en plena producción técnica. Antes ya había trabajado mucho en el diseño de estructuras y puentes. En 1968 fundó una consultoría en Milán dedicada al cálculo de puentes y estructuras en general y, como consecuencia de eso, se le encargó el diseño del puente que se iba a construir para la Autopista del Atlántico.

-Cuarenta años después el puente de Rande es ya un emblema de Galicia. ¿Cree que De Miranda lo ideó con esa intención?

-Yo creo que sí, que lo hizo con la intención de crear una obra singular que no rompiera el magnífico paisaje del entorno. Quería que fuera emblemático y lo logró.

-E innovadora, además.

-Sí. En aquella época el puente de Rande fue el más innovador del mundo por sus 400 metros de luz central y casi 24 de ancho. Su reducido espesor (2,2 m) logra además que desde la lejanía el puente se vea como un papel de fumar. Rande fue premio nacional y europeo de construcción... Una maravilla.

-¿Cómo era De Miranda?

-Era una persona afable. En sus visitas se acercaba a todo el personal preguntando por la marcha del trabajo, el avance de las obras... Trataba de solucionar los problemas que se planteaban y comprendía los retrasos iniciales del puente, que fueron muy grandes, como consecuencia de las inclemencias del tiempo. Él lo comprendía y asumía. Era muy fácil entenderse con él... Yo creo que todos los grandes técnicos suelen ser afables en el trato.

-¿Solía visitar la obra?

-Hizo varias visitas como autor del proyecto, visitas institucionales. Tenía asesores que llevaban el control de lo que había diseñado.

-¿Y sabe cuándo estuvo por última vez en Galicia?

-Estuvo al final de los trabajos.

-¿Le gustaba Galicia?

-Yo creo que sí. Cuando hizo el puente tenía entre 40 y 50 años, así que estaba en plena vorágine técnica. Además... Recuerdo que de aquella comíamos bien. Íbamos a El Mosquito y El Canario.

-¿Le gustaba la cocina local?

-Los italianos son amantes de la buena mesa. A él le encantaba, pero no era muy comilón. Él disfrutaba en realidad en las obras, en su trabajo. Le gustaba mucho el paisaje y el ambiente que se vivía en Galicia. Lo que no le gustaba era ver que se estaba construyendo un puente sin entrada ni salida.

"La construcción del puente fue modélica"

  • Casi cuatro décadas después de finalizar su trabajo en el puente de Rande, el ingeniero José Ramón Álvarez Arnau aún se maravilla de la complejidad de la obra y el éxito con que se acometió. El veterano ingeniero -que hoy suma 74 años- fue el responsable del montaje del tablero del puente a mediados de los años 70, un cometido delicado que requirió una precisión milimétrica. "La construcción fue modélica. No hubo ningún problema a lo largo del proceso", recuerda Arnau.Un éxito cosechado a pesar del desfavorable parte meteorológico que acompañó a los trabajos en el estrecho. Álvarez Arnau recuerda las fuertes lluvias con las que tuvieron que lidiar durante meses los operarios. "El primer año llovió tanto que resultaba imposible soldar...Tuvimos que hacer casetas especiales; pero al final tardamos dos meses y 22 días en finalizar los dos primeros tramos. Más tarde llegamos a terminar dos tramos en solo una semana", comentaba Arnau a FARO en diciembre de 2013, cuando se cumplían 40 años del inicio de las obras. El ingeniero se muestra contrario a la ampliación del viaducto, que incorporará pasarelas exteriores para ganar capacidad. "Una obra con premios nacionales e internacionales creo que no se puede destrozar así", lamenta Arnau.

Compartir el artículo

stats