El proyecto del Barrio do Cura vuelve a estar en la cuerda floja a pesar de haber superado una prueba de fuego con la aprobación por parte del Concello, el pasado 2 de junio, del plan especial del ámbito, que incluye la construcción de 325 viviendas, zonas comerciales y espacios públicos en un enclave privilegiado del Casco Vello. La operación parecía encauzada tras la entrada en escena de un grupo inversor ruso interesado en participar de la mano del exfutbolista céltico Valery Karpin, que lidera la sociedad impulsora de la urbanización, pero el desembarco se ha frenado por las diferencias con los bancos acreedores de la promotora sobre la cifra a pagar para saldar su deuda. El acuerdo de exclusividad que habían suscrito las entidades financieras y el fondo inversor venció en septiembre, y ahora Karpin y sus socios -el también excéltico Míchel Salgado y el empresario y administrador de la sociedad, José Crespo- negocian con otros promotores. Con la sombra de la subasta de las propiedades acechando tras aplazarlas sucesivamente los dos bancos (BBVA y Santander) a la espera de una solución amistosa, la promotora se da de plazo hasta el 7 de enero para alcanzar un acuerdo.
"El proyecto está vivo y la opción del grupo ruso no se ha descartado totalmente. Lo decidirán antes de final de año. Otros inversores están estudiando también su entrada", comenta Crespo, que ha entablado contactos con una promotora nacional. También los representantes de Salgado mantienen otra negociación abierta. En caso de que todas las vías se cierren sin éxito el administrador prevé poner en marcha "un plan alternativo" para evitar la subasta, cuyos términos no desvela, iniciando los trámites urbanísticos para desarrollar el plan especial.
Los bancos, por su parte, tampoco están parados, conscientes de lo mucho que se juegan. Según señalan fuentes del Concello han realizado consultas en la Gerencia de Urbanismo promotores de la mano de las entidades financieras, que buscan una solución para recuperar lo invertido en la operación. El hecho de que el plan especial haya sido aprobado supone un factor determinante para mantenerla viva.
Los inversores rusos realizaron una auditoría para conocer la calidad de los activos y la viabilidad de la actuación en Barrio do Cura. Incluso abrieron una oficina en Vigo para estudiar el desarrollo y preparar su desembarco. Los resultados del examen fueron positivos y todo parecía bien encaminado, pero la opción se ha desinflado al no cuajar el acuerdo con los bancos para saldar la deuda. La última diferencia económica se situaba en torno a los dos millones de euros.
BBVA y Santander habían concedido préstamos por importe global de 30 millones. El retraso del plan urbanístico y el azote de la crisis inmobiliaria dejaron la operación al borde del abismo y los bancos acabaron por instar la subasta de los bienes por impago. El año pasado el proyecto estuvo a punto de irse al traste tras estar fijadas dos pujas para finales de enero y principios de febrero con fincas y edificaciones -entre ellas el antiguo asilo de Pi y Margall- por un importe superior a 20 millones.
Los bancos, tras intensas negociaciones, accedieron a suspender las subastas y han prorrogado sucesivamente los aplazamientos La aparición de los inversores rusos interesados en participar dieron oxígeno al proyecto, a lo que se sumó la aprobación del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del Barrio do Cura.
Si ninguna de las vías ahora abiertas prospera las entidades acreedoras podrían reactivar las subastas, con lo que la operación vuelve a estar en peligro.
