El indiscutible protagonista de las descargas más cotizadas en el puerto de O Berbés y espectaculares por su tamaño y particular pico, el pez espada (xiphias gladius), ronda el litoral de la ría de Vigo. Su incursión en estas aguas interiores no tendría nada de extraordinario si no fuera porque hasta ahora nunca antes se había constatado el avistamiento y mucho menos la captura en zonas poco profundas de una especie propia de fondos oceánicos superiores a los 200 metros. De ser habitual su navegación tan cerca de casa, la flota espadera se evitaría la larga travesía hasta los caladeros donde faena habitualmente como en el portugués de Azores, por citar el más cercano. Los investigadores descartan que la presencia de ejemplares dentro de la ría pueda propiciar su reproducción. Pero mientras asumen su desconcierto por lo que califican de "anomalía" , los marineros que lograron las capturas lo celebran como una hazaña con la recaudación de su venta ya en el bolsillo.

"Para mí que es el cambio climático. Aunque me da igual por qué. Con varios más de estos arreglaba el mes". Daniel Martínez, un xeiteiro de Arcade de 37 años, vendió el pez espada que capturó, de 25 kilos y más de un metro de largo, por 180 euros "limpios". Izaba las redes desde su barco, el Zulema, a las 2.00 horas del viernes 20 de junio, en la zona conocida en Redondela como A Portela, próxima al cargadero de granito de Rande. "Cuando subía el aparejo oí un ruido fuerte en el agua, y las luces de los extremos de las redes, roja y verde, se invirtieron. Me asusté, claro, sobre todo porque sentí después golpes en el casco. Pensé que había encallado. Pero luego paró el ruido y el movimiento en el mar; levanté la red y lo vi. ¡Dios, menudo bicho!", relata aún sorprendido.

Tan pronto metió la pieza a bordo avisó por whatsapp a otros barcos del xeito que pescaban en las proximidades. "No me creían hasta que llegaron al barco y lo vieron. Fueron ellos quienes me hicieron la foto", apunta Daniel señalando a uno de los autores de la imagen, quien está convencido de que pronto capturará otro de los ejemplares que rondan la ría. "Una noche de estas cae; ya verás", vaticina.

Como estos de Arcade, todos los marineros de bajura de la ría saben que un pez espada no se acerca a estas aguas, aunque ahora parecen más acostumbrados a esta clase de "rarezas". "Ver espadas dentro de la ría es un hecho absolutamente anormal. Ahora bien, últimamente observamos unas cosas un poco anormales. Hace unos días capturaron un atún rojo en la zona de A Lanzada, y en 2013 aparecieron juveniles de tiburón azul dentro de zonas portuarias", apunta Jaime Mejuto, del Instituto Español de Oceanografía (IEO) de A Coruña.

Hecha esta precisión, el experto afirma, tajante, que en las proximidades costeras "rara vez" han aparecido pez espada "a excepción de islas oceánicas donde debido a su naturaleza volcánica a poca distancia del litoral se gana mucha profundidad". Así que para este investigador resulta "sumamente interesante" analizar la captura de Daniel.

Muerte súbita

Se trata, detalla Mejuto, de un alevín, de unos dos años de edad, bien alimentado y sin heridas aparentes. Estos peces alcanzan hasta los 500 kilos de peso y se pesca normalmente con palangre de superficie, por eso sospecha que éste de Rande "vendría detrás de una presa o despistado, y cayó en la red". Para esta especie, caer atrapado en un aparejo supone la muerte casi súbita. "A mí me sorprendió que no me diera mucho problemas para subirlo a bordo. Venía muerto", recuerda Daniel. Mejuto lo explica: "Tan pronto deja de nadar muere asfixiado, de ahí los problemas para marcarlos".

Las otras dos capturas que este periódico pudo constatar de pez espada en la ría se produjeron también a través de redes lanzadas en A Guía (Vigo) y Meira (Moaña). A esto hay que sumarle al menos cuatro avistamientos. Clemente Bastos, patrón mayor de Redondela, considera "casi milagroso" que un pez espada como el que acabó en las redes del Zulema haya llegado hasta cerca de San Simón. "Con la cantidad de redes y aparejos que hay desperdigados a lo largo y ancho de la ría. Un fenómeno", subraya.