Las estafas son uno de los delitos que más han crecido en los últimos años, sobre todo como consecuencia de la crisis. Y un claro ejemplo de la proliferación de estos fraudes son varios casos juzgados en Vigo que han acabado en penas de prisión. Una de las sentencias se refiere a un joven que ha sido condenado por ofertar a través de internet "un negocio ficticio" consistente en la venta de ordenadores portátiles y otros aparatos electrónicos que nunca llegaron a manos de quiénes los adquirieron. Y en otro fallo, el juez condena a un matrimonio por vender una tintorería ocultando a los compradores que tenía deudas, cargas y gravámenes que sumaban más de 14.670 euros.

Ambas sentencias fueron dictadas por el titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo. El primer caso es el de un joven gaditano, S.C.D., que entre septiembre y octubre de 2008 ofertó a través de la página eBay de internet un teléfono móvil Nokia, una consola Play Station 3 y dos ordenadores portátiles de la marca Sony. Unos productos que nunca llegaron a manos de sus compradores y que ahora le han valido al acusado una condena de 9 meses de prisión como autor de un delito continuado de estafa.

Para desplegar este negocio ficticio, el joven suplantó la identidad de un hombre que había perdido su DNI -lo puso como vendedor-, aunque sí figuraba a su nombre y al de su esposa la cuenta bancaria a la que las víctimas debían remitir el dinero. Uno de los perjudicados fue un vigués que denunció los hechos. Adquirió un teléfono por 268 euros y solo recibió unas pilas, unos cascos y un cargador. El comprador de los dos portátiles, por los que desembolsó 600 euros, también vio sorprendido como el paquete que llegó a su casa contenía una losa y dos ladrillos envueltos en papel y film transparente. Y un madrileño que adquirió una Play Station para su hijo por 310 euros ya ni recibió nada. El juez aplica la atenuante de reparación del daño al condenado porque ya devolvió el dinero a dos de los perjudicados -le resta indemnizar al comprador de la consola- y absuelve a otro joven de Cádiz que también se sentó en el banquillo al no constar que tuviese participación alguna en estos hechos.

Y de una estafa en internet a otra cometida en la venta de una sociedad limitada que tiene como objeto la explotación de un negocio de tintorería ubicado en la calle Venezuela. Los condenados son un matrimonio, R.M.R., y su esposa M.G.R.L., a los que el juez impone un año y 4 meses de cárcel a cada uno. Vendieron las participaciones sociales de la entidad a otra pareja por 16.000 euros ocultándoles que la maquinaria estaba embargada -varias lavadoras, secadoras y máquinas de planchar industriales- y que la sociedad tenía pendientes de pago una serie de cargas y deudas contraídas con la Agencia Tributaria, la Seguridad Social y el Concello. Los perjudicados, a los que ahora los condenados deben indemnizar con 14.670 euros, se enteraron con posterioridad de este engaño en la compraventa.