Los funcionarios del Servicio Común de Notificaciones y Embargos recibían ayer con "sorpresa" la noticia de su traslado: "No sabíamos nada". Y también valoraron la medida con división de opiniones. Para muchos trabajadores, pese a los evidentes problemas de espacio que sufren en los juzgados, la mudanza es un "despropósito" ya que trabajan a diario codo a codo con los distintos juzgados y creen que la descentralización que supone ir para el Casco Vello crearía "disfunciones" tanto para ellos como para los ciudadanos. El secretario, Fernando Varela, es más optimista: "Todo cambio suscita dudas; se alterará un poco la forma de trabajo, pero será cuestión de organizarse".

El servicio, además de ejecutar embargos y desahucios, notifica a diario unas 115 resoluciones, requerimientos o citaciones judiciales (solo se computan jornadas laborales): los funcionarios se trasladan a pie, en autobús o en coche oficial de la Xunta para hacer este trabajo, que aumentó en los dos primeros meses del año, ya que hicieron 5.200 diligencias, mil más que en el mismo período de 2012.

Para el secretario el traslado tiene varias ventajas y algún inconveniente. "La primera ventaja es el espacio; aquí trabajamos apretados y eso se nota sobre todo a primera y después última hora de la mañana, cuando regresan los trabajadores que salen a notificar; los funcionarios tienen que turnarse para usar mesas y ordenadores (hay 4 mesas, 7 sillas y 4 ordenadores para 21 funcionarios)", dice. Otra ventaja es que al estar en el centro, se ahorrará tiempo en las notificaciones: "Muchos de los sitios a donde más vamos, como bancos, aseguradoras, sedes de empresas... están allí". También se ofrecerá "mejor servicio" al ciudadano. Los inconvenientes serán la "falta de aparcamiento" y el hecho de que habría que buscar una fórmula para trasladar desde los juzgados al Casco Vello las diligencias de las que deben hacerse cargo: "Eso habrá que resolverlo; aquí la ventaja es que está todo junto".