La crisis ha dejado vacía casi toda la superficie comercial de Peinador. Ni siquiera la reciente ampliación de la terminal ha reactivado la demanda de las tiendas comerciales, y las únicas que había hasta ahora no han tenido más remedio que cerrar. Con el desalojo de estos locales, en el aeropuerto vigués solo quedan funcionando la librería, el restaurante y la cafetería. El resto de espacios siguen ocupados por oficinas de las aerolíneas y empresas de vehículos de alquiler.

Las dos tiendas que esta misma semana han echado el cierre funcionaban bajo las marcas franquiciadas "La gata negra" y "Mador Arte". Vendían todo tipo de productos de artesanía de estilo étnico y souvenires de diseño exótico. Ubicadas en el ámbito de la vieja terminal, fuentes aeroportuarias aseguran que además de la crisis económica "el elevado canon que cobra Aena tampoco ayuda mucho a consolidar esta clase de negocios, sobre todo en un aeropuerto pequeño como el de Vigo". Desde Aena no pudieron precisar a cuánto asciende el precio del alquiler del metro cuadrado en el interior de la terminal viguesa. "Depende del tipo de negocio", apostillan.

"La gata negra" y "Mador Arte" llevaban apenas tres años abiertos. Compartían el mismo tramo de superficie comercial donde Air France tenía abierta su oficina de atención la público. Precisamente, la aerolínea gala cerró hace un año este establecimiento con el argumento de "ahorrar costes". Desde entonces, el local permanece vacío.

Con estos últimos cierres, en el aeropuerto de Vigo sólo quedan como establecimientos comerciales la librería "Delay", el restaurante "Ruta Jacobea" y la cafetería "Nature Flow". Los otros espacios están ocupados por colectivos como el Aero Club, oficinas de las aerolíneas Air Europa e Iberia, y las empresas de "rent-Car" Europcar, Atesa y Avis, además de Eurocelta. "La única que funciona es la librería. Es el único negocio que no corre riesgo de cerrar", apuntan desde Peinador.

El bajón de usuarios que registra mes a mes el aeropuerto de Vigo también influye en el volumen de ventas que puedan generar estos establecimientos comerciales pensados para enriquecer la oferta al viajero. De hecho, el cierre de la oficina de Air France coincidió casi al mismo tiempo con una reorganización de sus conexiones entre Vigo y París que se tradujo al final en una reducción del número de vuelos, de seis a cuatro diarios. Las mismas fuentes vaticinan que "otras compañías seguirán el ejemplo de Air France", dando a entender que también acabarán cerrando.

Este vacío de la superficie comercial se produce precisamente cuando el aeropuerto vigués dispone de más espacio para esos usos a causa de la apertura al público de la ampliación de la terminal. En este ámbito se concentraron los negocios de mayores ventas -librería, cafetería y restaurante-, lo que obligó a una redistribución de los usos en el interior del "viejo Peinador" que con los últimos cierres ofrece en la actualidad una imagen de desolación.