El centenario jardín de Castrelos libra su batalla más dura contra el adversario más pequeño. Técnicos de Patrimonio Histórico del Concello se afanaban ayer en erradicar el hongo "Clylindrocladium Buxícola" que amenaza el laberinto de boj del Jardín Francés y ha obligado incluso a vallarlo para restringir su acceso al público. Desde primera hora de la mañana un experto ataviado con funda desechable, mascarilla, guantes y gafas protectoras rociaba con un "cóctel químico" los tramos de seto más afectados por la plaga. No será el único intento por erradicar el hongo. Uno de los responsables de la operación reconocía ayer que, debido a la virulencia y novedad del Clylindrocladium –el primer caso similar en un boj del que se tiene constancia data de 1998–, los trabajos se demorarán "meses".

La lucha contra la plaga se promete larga y laboriosa. Además de rociar los setos con un compuesto diseñado a medida para el hongo, los operarios barren cada centímetro cuadrado del laberinto para evitar que la plaga se propague. Tres veces a la semana los técnicos de Patrimonio Histórico retiran las hojas caídas a mano y cada 15 días el trabajo se refuerza con el apoyo de una aspiradora mecánica. "Queremos evitar que queden esporas en las hojas", explica un responsable del Concello, que llama además a "la colaboración de todos". "Ya hemos visto que, a pesar de que la zona está vallada, hay gente que entra y no se da cuenta del daño que hace porque ayudan en la transmisión del hongo", anotan desde el departamento de Patrimonio.

La labor de retirada de esporas se completa con la aplicación de tres variedades de "cóctel químico" que los técnicos irán aplicando de manera rotatoria. El conocido como "Versalles vigués" está dividido en la actualidad en tres áreas que los expertos sulfatan cada 15 días con una variedad distinta de fungicidas. Al mes y medio de aplicar la mezcla sobre el mismo tramo los responsables cambian el "cóctel" y rocían cada uno de los tramos de boj con un sulfato distinto. El objetivo: impedir que la planta se amolde al fungicida y hacer así más efectivo el proceso.

Los trabajos –en los que juegan un papel fundamental la Estación Fitopatolóxica do Areeiro de Pontevedra (EFA)– llevan solo 15 días desarrollándose pero desde la Concejalía ven ya pruebas para el optimismo. "Parece que el seto está mejor y no se ven síntomas de que el hongo fructifique", comentaba ayer uno de los responsables del área de jardinería de Patrimonio Histórico. Desde el departamento tranquilizan también sobre la peligrosidad de sus compuestos. "Son productos autorizados y de baja toxicidad para las personas", apunta un experto, quien reconoce la dificultad para determinar la procedencia del Clylindrocladium que asola Castrelos. "Podría haber sido un pájaro o quizás un vecino de la zona que haya comprado un boj infectado", razona.