En tiempos de crisis incluso la picaresca tiene que resignarse. La falta de liquidez y los malos resultados cosechados por el sector del taxi ha llevado a que el precio de las licencias –concesiones municipales cuya venta no está prevista por el Concello– cayese en un 50 por ciento desde 2007. De los 200.000 euros que se llegaban a pagar antes de la crisis se ha pasado a los 90.000 o 120.000 euros requeridos ahora. Aunque la ordenanza municipal que regula el taxi no contempla la venta de concesiones, fuentes del sector confirman que "prácticamente todos los traspasos de licencia se hacen pagando".

La norma municipal de 1994 reguladora del sector establece que la concesión es competencia del Concello. Parafraseando el Real Decreto aprobado en 1979 la ordenanza dicta que las licencias se otorgarán a "los solicitantes con mayor derecho acumulado" o en un concurso regido por "las normas de contratación local". El texto contempla también la transmisión directa entre particulares, pero la limita a algunos casos y nunca menciona la posibilidad de venta.

Cuando a un titular se le declara una incapacidad, se jubila o simplemente posee su licencia desde hace más de cinco años puede traspasársela a un empleado. El único requisito es que éste lleve trabajando al menos 12 meses para él y preste "servicio con plena o exclusiva dedicación". Sobre el papel el proceso no se contempla como una venta pero en la práctica la mayoría de los titulares traspasan la licencia a cambio de un "precio pactado". A veces en esa cantidad se incluye incluso el dinero cotizado a la Seguridad Social por el comprador durante los meses previos a la transacción.

"El único traspaso que suele ser legal es el de padres a hijos, pero esos casos son contados", apunta un autopatrono. La aparente impunidad con que se realizan las ventas y el desplome en los precios no evita que cada vez sean menos quienes se interesan por las concesiones. "Hay algunos taxistas que retrasan su jubilación a la espera de que las licencias vuelvan a cotizarse más", explican desde el sector. Un autopatrono afirma conocer el caso reciente de un taxi completo –vehículo, equipación y permiso– que se vendió por 105.000 euros.

Las perspectivas que ofrece el sector en las diferentes ciudades de Galicia hace que el precio de las licencias oscile entre unas y otras. De los 120.000 euros exigidos en Vigo se pasa en Ourense a 200.000 o a 250.000 en Santiago y Lugo. El bajo valor de las concesiones olívicas responde a lo afectadas que se han visto por la crisis. "Ahora mismo ganamos un 20 por ciento menos que hace un año", apunta el presidente de la Asociación Profesional Provincial de Auto-taxis, Laureano Herrera.

"En Barcelona cuando un taxista se retira le vende su licencia al Ayuntamiento", aclara un autopatrono. La medida permite al Consistorio catalán evitar la compraventa de concesiones municipales y adaptar la flota de taxis a las necesidades reales de la ciudad. En Vigo existen en la actualidad 553 licencias, de las que, según el presidente de la cooperativa de autopatronos, Eladio Viso, "sobran" 250. La necesidad de armonizar la oferta y demanda de taxis llevó al Concello a fijar a finales de enero un día de descanso obligatorio para reducir en 92 los taxis que circulan a diario por las calles de la ciudad.