El alumnado extranjero frena su ascenso imparable y por primera vez en cinco años pierde representatividad en los colegios de Vigo. El deterioro de la situación económica se puede medir con decenas de parámetros financieros, y ahora también desde el ámbito escolar. Durante el curso 2009-2010, el último del que facilita datos la Consellería de Educación, la ciudad acogió a 1.505 escolares de nacionalidad no española, lo que supone una pérdida de 109 estudiantes con respecto a los 1.614 del año anterior.

El cambio de tendencia está directamente vinculado con la mala situación económica de las familias y así lo corroboran los colegios, que han perdido alumnos al llegar menos familias y perder a las que deciden regresar a sus países al no lograr estabilizarse laboralmente. Un segundo factor que ayuda a entender esta nueva realidad lo recoge una encuesta realizada por la Federación Olívica de Asociacións de Pais e Nais (Foanpas), que refleja que el 34% de los hogares extranjeros con niños escolarizados recibe algún tipo de ayuda de las administraciones para sobrevivir, circunstancia que revela una situación más vulnerable a la crisis que en otros hogares.

El retorno de estas familias a sus casas en los últimos dos años explica que el porcentaje de alumnado inmigrante en las aulas de Vigo cayera del 4,6 al 4,4%. No obstante, pese al descenso, continúa por encima del curso 2005-2006, punto de inflexión en el que los escolares trasladados suponían apenas un 3,86% del total e iniciaban un ascenso ininterrumpido hasta junio de 2010, momento en el que Educación detectó la primera caída de alumnado extranjero de la década, palpable en los tres niveles de formación obligatoria.

Del curso 2008-2009 al 2009-2010, el número de estudiantes, fundamentalmente sudamericanos y rumanos, cayó de 203 a 163 en Infantil, de 805 a 741 en Primaria, y de 519 a 502 en ESO, manteniéndose al margen Bachillerato, con un aumento de 87 a 99 personas. El mayor retroceso se produce en las primeras etapas de formación porque las familias que históricamente elegían Vigo para asentarse llegaban con niños pequeños para facilitar su adaptación. Al frenarse estas incorporaciones, el descenso se deja notar más en la franja de 3 a 12 años, mientras los niveles superiores continúan recibiendo niños de cursos anteriores.

"Antes llegaban muchas familias nuevas, pero ahora el grupo es más estable", asegura la orientadora del CEIP Frián-Teis, Begoña Salgado, quien insiste en que los menores "exigen esfuerzo adicional del personal docente para familiarizarse con el idioma, pero no implican problemas de convivencia". Esta es la teoría que defiende con estadísticas la portavoz de Foanpas, Bertila Fernández, que emplea como argumento un estudio realizado entre las familias inmigrantes en los colegios públicos de la ciudad donde "solo un 1% manifiesta haberse sentido discriminado". Otro dato que explica esta sintonía es que un 51% de los padres entrevistados reside desde hace más de seis años en Vigo y se sienten integrados.

Otra voz autorizada es la directora del CEIP Illas Cíes de Coia, María Luz Dacosta, una zona con mayor porcentaje de alumnado extranjero donde las nuevas incorporaciones "son parte ya del día a día". El colegio tenía el curso anterior un 10% de alumnos de fuera y este año esperan reducir ligeramente la estadística, al igual que en Teis, pero el cambio fundamental que detecta la responsable es "la normalidad" con que se recibe a los nuevos estudiantes.