Promete ser el metro con el proyecto más largo de la historia. Y eso que es ligero por definición.

En 2000 Carlos Príncipe impulsaba como concejal de Nuevos Proyectos la construcción de un metro ligero, que quedaba más fino que un tranvía, para Vigo y diez años después, la Xunta, que desde el primer momento estuvo implicada en el proyecto, anuncia un nuevo estudio pero con carácter metropolitano y que, aunque podría haber algún túnel, circularía mayoritariamente en superficie. Como el tranvía que comenzó a rodar en los años veinte del pasado siglo a Baiona, Gondomar y Porriño y extensión a Mondariz que no pasó del intento.

Entre la primera propuesta y el último estudio de viabilidad, nuevos planteamientos: En 2005 y siendo Núñez Feijóo conselleiro de Política Territorial, la Xunta propone dos líneas subterráneas en la práctica totalidad del recorrido, enlazando O Berbés con Navia y O Calvario con Pereiró. El gobierno bipartito aportó también su granito de arena al culebrón del nuevo tranvía de Vigo, con una línea litoral entre Teis y Samil con un ramal desde la plaza de América hasta la Universidad.

De todos los trabajos para dotar algún día a Vigo de un tranvía moderno "que retiraría de las calles de Vigo ocho mil coches al día" el más avanzado fue el primero. A mediados de enero se presentó el estudio de viabilidad con tres líneas iniciales: Una circular, otra a Bouzas y otra a Samil. En total, casi ocho kilómetros de recorrido y un coste de prácticamente once mil millones de pesetas, unos 66 millones de euros.

La previsión era que comenzase a rodar en 2004 y para ello se encargó el proyecto, que costó un millón de euros. En lo que ya se definía como uno de los grandes hitos de la historia del Vigo en el siglo XXI deseaban participar las dos cajas gallegas, dos grandes constructoras y Siemens, que aportaría el material. El Banco Europeo de Inversiones se comprometió a financiar las obras siempre que Concello y Xunta siguieran juntos en el proyecto. Otra empresa, Alston, se mostraba también interesada ofreciendo una solución para que los tranvías pudieran circular con pendientes de hasta un ocho por ciento.

Cuiña deja la consellería de Política Territorial y en 2005 la Xunta considera que el tranvía no es la solución. El nuevo titular del departamento propone una línea de metro, mayoritariamente subterránea, entre O Berbés y Navia pasando por Montero Ríos, Renfe, Gran Vía, a Florida y A Bouza. El coste rondaría los 356 millones de euros y la Xunta se comprometía a aportar el 20 por ciento y el Concello un cinco. El resto, el gobierno central y la UE y se anunciaba su entrada en servicio para 2009. Una segunda línea, Calvario -Pereiró costaría otros 240 millones.

La llegada de la coalición PSOE-BNG a la Xunta supuso otro cambio, pues la titular de Política Territorial, María José Caride encargó un estudio sobre el primer proyecto pero con más túneles, que costó 200.000 euros.

Y lo último, el tranvía metropolitano. Otro estudio de viabilidad que costará 500.000 euros y, si cuadran los números, podría estar rodando en 2015...