El cuerpo de Beatriz García Piñeiro fue incinerado ayer en Vigo en la más estricta intimidad familiar, después de que cientos de personas se despidiesen de ella en el tanatorio de Vilagarcía. La mujer, de 37 años, era natural de Vigo, de donde es toda su familia, pero posee vínculos con la comarca de O Salnés desde hace más de una década, cuando por motivos laborales se desplazó a vivir a esta zona. García Fernández llegó a O Salnés muy poco tiempo después de licenciarse en Empresariales y muy joven. Desde su llegada ha estado trabajando en la empresa Precon, dedicada a la construcción de prefabricados para grandes infraestructuras, donde se encargaba de la parte económica y financiera de la factoría de Vilanoviña (Meis). Su vínculo con la empresa era grande ya que su propio padre es gerente de la misma y en ella también trabaja su compañero sentimental, en el departamento comercial, con el que compartía un piso en la céntrica avenida de A Mariña deVilagarcía de Arousa,adquirido por ambos recientemente. Su fallecimiento ha supuesto un duro golpe para los trabajadores de una de las empresas más importantes de la comarca de O Salnés, ya que era muy apreciada. De hecho, ayer muchos de los que la conocían la definían como una mujer con mucha vitalidad y con"muchos proyectos de futuro que ahora se han truncado". La mujer salió el pasado domingo a bucear, algo que venía realizando desde hacía casi un mes, desde que se inscribió en el curso que ofrecía el Club Buceo Vilagarcía, pero la fatalidad quiso que se enrollase en un trasmallo sin que sus compañeros se diesen cuenta. Los nervios y su bisoñez bajo el agua hicieron el resto,ya que la botella que utilizó contaba con suficiente oxígeno para salvarse. Aunque llegó con pulso al muelle de O Xufre, falleció en su traslado al Hospital Xeral Cíes deVigo.