La carencia de un local propio ha llevado a la Asociación de Enfermos de Parkinson a una situación cada vez más complicada. El colectivo no puede hacer frente a toda la demanda que le llega y reclama al Concello instalaciones propias para mantener su actividad y ampliar su horario de terapias. Actualmente sólo disponen durante unas horas a la semana de un bajo en el centro sociocomunitario que posee la Xunta en la calle Numancia, compartido con decenas de colectivos sociales y culturales.

"El número de usuarios no deja de crecer y necesitamos ampliar el horario de atención de la logopeda y recuperar al fisioterapeuta, que ya no viene", advertía ayer la secretaria de la asociación, Chelo Saladina Rodríguez, quien teme la pérdida de socios si no amplían su capacidad a medio plazo.

El funcionamiento actual del grupo es caótico y difícil de gestionar, ya que tienen a su disposición las instalaciones de la Xunta sólo una o dos horas diarias, de lunes a viernes. Los cambios de un local a otro dentro del mismo inmueble y la estrechez horaria les impide completar sus clases de gimnasia y rehabilitación, aseguran sus responsables.

"Necesitamos un local permanente para aumentar el número de personas atendidas", reclama Rodríguez, que contabiliza unos 70 usuarios entre los servicios de logopeda y estimulación. Y la cifra de demandantes aumenta mensualmente, motivo por el que ya han tenido que dejar fuera a algunas familias que solicitaron agregarse a sus programas.

La junta directiva de la asociación reclama un cambio de actitud al gobierno local y le recuerda que agrupan a más de 100 socios, "una cifra más que relevante para que nos tengan en cuenta", subrayan los afectados, que piden directamente al alcalde "que cumpla su compromiso de cedernos un nuevo local".

Le reclaman además un trato igualitario en comparación con otros colectivos como la Asociación de Enfermos de Alzhéimer, a la que el Concello ofreció dos plantas del edificio Asefal. "Hay agrupaciones que estamos peor", sostienen desde la Asociación de Enfermos de Parkinson, que pide un hueco en este mismo inmueble con carácter permanente.