El cáncer de mama no es una enfermedad prevenible y su detección precoz sigue siendo la mejor arma contra esta enfermedad, que desarrollarán una de cada ocho mujeres a lo largo de su vida. De hecho, en España se diagnostican anualmente unos 16.500 casos y provoca la muerte de unas 6.000 mujeres.

"Con la detección precoz conseguimos que aumente la supervivencia y la tasa de curación, y que los tratamientos sean menos agresivos", afirmó ayer Raquel Zubizarreta Alberdi, jefa de Servicios de Programas Poblacionales de Cribados de la Consellería de Sanidade, que ayer explicó el Programa Gallego de Detección Precoz de Cáncer de Mama en la segunda jornada del II Curso de Actualización en Senología y Patología Mamaria que se celebra en el Colegio Oficial de Médicos de Pontevedra. Zubizarreta explicó que, según un estudio de supervivencia diagnóstica a partir de los datos de mujeres diagnosticadas de cáncer de mama entre 1996 y 2004, el riesgo de morir por esta enfermedad es tres veces inferior dentro del grupo de mujeres que se someten a este programa de cribado que fuera del mismo. "Las mujeres detectadas por el programa tienen una supervivencia a los cinco años del 96,4 por ciento y de un 92,7 a los nueve años", explicó Zubizarreta.

El Programa Gallego de Detección Precoz de Cáncer de Mama, iniciado en 1992, está dirigido a mujeres de entre 50 y 69 años, que son convocadas a través de una carta personal para ser sometidas a una exploración bienal, lo que supone algo más de 200.000 mujeres cada dos años. Según explicó Zubizarreta, el programa cuenta con trece unidades de exploración –nueve fijas y cuatro móviles–, que realizan dos mamografías por mama, que son leídas por dos radiólogos. "El programa siempre tiene en cuenta la opinión más desfavorable", explicó la especialista.

En caso de que la mamografía detecte alguna posible anomalía, la paciente es derivada a unidades hospitalarias de diagnóstico y tratamiento para completar el diagnóstico. Según los datos de este programa de cribado, la incidencia del cáncer de mama es de 3,20 por cada mil gallegas, una tasa que es mayor en la franja de edad comprendida entre los 60 y los 69 años. Asimismo, se detectan más casos la primera vez que las mujeres se someten al programa de detección precoz que en las sucesivas revisiones bienales –un 4,13 por mil frente a un 2,72 por mil–.

Zubizarreta también resaltó que el Programa Gallego de Detección Precoz de Cáncer de Mama supera todos los indicadores de las guías de calidad europeas, tanto en participación –el pasado año alcanzó un 79,5%, lo que situó a Galicia como la comunidad con una mayor participación– como en los índices de derivación hospitalaria –un 3,87% en primera ronda frente al 5% que se apunta como deseable en las guías–, lo que constata, según añadió, la calidad tanto de las pruebas técnicas como de las lecturas de las mismas.

El pasado año, el programa invitó a 144.777 mujeres, de las cuales acudieron 115.096. El mayor absentismo se da entre las mujeres del medio urbano, ya que prefieren acudir a su ginecólogo, aunque Zubizarreta recomienda someterse a las revisiones periódicas con este especialista pero que no por ello dejen de someterse a las exploraciones del programa. La especialista tampoco recomienda la autoexploración al entender que es un método controvertido al que los organismos no dan valor.