La Miñoca y la Lebre, las tuneladoras que excavan la entrada del AVE a Vigo bajo el monte de A Madroa, ya han cubierto la quinta parte de su camino y la actividad se intensifica dentro de los tubos y en el valle de As Maceiras (Redondela). Más de 600 personas trabajan ya las 24 horas en la faraónica obra, el primer tramo de la alta velocidad en Galicia construido con esta tecnología. Una plantilla que duplica la que estaba contratada en el mes de julio, cuando sumaba 250 operarios y 60 técnicos entre ingenieros, arquitectos y otros especialistas. Miñoca, la primera perforadora en arrancar, lleva recorridos 1,5 kilómetros, según las fuentes consultadas, de los 8,5 que tendrán los túneles hasta la entrada a la estación de Urzáiz. Lebre avanza 300 metros por detrás. La previsión de llegada a la futura terminal del AVE se mantiene para principios de 2011.

El avance en uno de los tubos se ha ralentizado en el último mes, ya que los técnicos han hallado una superficie que presenta mayor dificultad para el corte. Para superarla se han encargado, según fuentes de las compañías que trabajan en As Maceiras, cuchillas especiales a Estados Unidos, y la perforación se mantendrá en el túnel afectado a medio gas hasta que lleguen y se coloquen. En el trayecto a Urzáiz, las máquinas tendrán que superar dos fallas. Los sondeos realizados para la obra, y los que se habían hecho para la construcción del túnel de la traída del agua a Vigo, en 1991, señalaban que horadar la montaña no revestía una complejidad especial. El terreno se compone de gneis y granito.

100.000 metros cuadrados

A un ritmo normal, las tuneladoras ganan unos 20 metros a diario, y junto a la excavación se colocan las dovelas, anillos que conforman la estructura interior de los tubos. Las obras se prolongarán por un periodo de 15 meses hasta que las máquinas emerjan en el entorno de la futura terminal del AVE en Urzáiz, aún en fase de proyecto a cargo del arquitecto norteamericano Thom Mayne.

Las empresas que construyen el tramo subterráneo, la unión de compañías formada por FCC y Acciona, han ocupado en el valle de As Maceiras una superficie de más de 100.000 metros cuadrados. Los 600 trabajadores divididos en tres turnos se distribuyen entre el interior del túnel, las oficinas técnicas, las grandes áreas abiertas exteriores para el acopio de material, y la fábrica de dovelas, entre otras instalaciones. También se ha construido en la zona una planta hormigonera.

Para el año próximo el Ministerio de Fomento ha incluido una partida de 74,5 millones de euros destinados a continuar los trabajos, cifra que supone más de la mitad del presupuesto de las obras del Eje Atlántico que se acometerán en la provincia en 2010. La construcción de los túneles de entrada de la alta velocidad a Vigo tendrá un coste de 183 millones de euros.