Una familia de la parroquia de Matamá se llevó un buen susto el jueves por la tarde, cuando descubrieron en la puerta de casa una serpiente de unos 60 centímetros de largo. Fue el hijo, Brais Gómez, el que vio en primer lugar el reptil y ayudado de una escoba trató de alejarlo. “Se metió debajo de unos ladrillos e intenté rodearla hasta que se metió en una bolsa ella sola y la cerré”, recordaba ayer entre risas.

En un primer momento pensó en llevarla hasta el monte y soltarla, pero tenía que irse a trabajar y su madre tomó la decisión de alertar a la Policía Local. Los agentes confirmaron que se trata de un ejemplar de la especie Natrix Natrix, no venenosa pero que cuando se siente amenaza expulsa un líquido que desprende un fuerte olor.

La serpiente apareció en el jardín de la vivienda 48 Bajo de la calle Roupeiro, un chalet nuevo pero pegado a unas fincas abandonadas, desde donde la familia cree que pudo deslizarse. “Es la primera vez que nos pasa algo así. Abría la puerta y ya la vi moverse pero no era muy grande. Fue más la sorpresa que el susto. Lo único que me preocupaba era mi cachorro de tres meses que anda suelto por el patio y pudo hacerle algo”, relata Brais.

Peor lo pasó su madre, que según la Policía Local se encontraba muy nerviosa a la llegada de los agentes, que por tratarse de una especie de serpiente protegida, tras recogerla soltó al animal en los montes de Valladares.

El reptil no representa ningún peligro y apareció en una zona de viviendas unifamiliares rodeadas de abundante vegetación y fincas sin cultivar.