Vigo recupera parte de su historia. El próximo mes de enero abrirá al público la salina romana descubierta en el Arenal durante la construcción del centro de salud de Rosalía de_Castro. Así lo anunció ayer por la mañana la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, durante su visita al yacimiento vigués acompañada por el director xeral de Patrimonio de la Xunta, Felipe Arias, y el director del Museo del Mar, Pablo Carrera.

El departamento autonómico invirtió 1,4 millones en la musealización del yacimiento, que podrá ser visitado desde principios de 2009. El Centro Arqueolóxico do Areal alberga una salina romana datada en los siglos I y III, un ejemplar "único", en palabras de la conselleira, por tratarse de la salina de evaporación solar más antigua que se conserva de la época romana y por mantener su emplazamiento original, ahora dentro de un edificio público.

Los restos salieron a la luz durante las obras de construcción del centro de salud de Rosalía de Castro, entre 1998 y 1999 y los trabajos arqueológicos pusieron de manifiesto su relevencia y su buen estado de conservación. Debido a su elevado valor patrimonial, Cultura decidió conservarlos "in situ", modificando el proyecto constructivo del ambulatorio y aprovechando las obras para crear un centro de interpretación en el sótano.

La visita al centro arqueológico permitirá a los visitantes recorrer toda la salina, dotada con recursos didácticos que explican el antiguo proceso de obtención del sal. La sala cuenta además con material expositivo que ahonda en otros sistemas para conseguir este condimento y los usos que le daban los romanos como producto de cocina e incluso por su elevado precio como parte del sueldo de los trabajadores.

El yacimiento ocupa una superficie de 300 metros cuadrados, con una dimensiones de 28 metros de ancho por once de alto. El espacio está dividido en cubetas que representan las distintas partes de una salina: depósitos, cavidades profundas donde se acumulaba el agua del mar, zonas de evaporación de menor altura para que el agua se calentase, y las parcelas destinadas a la cristalización del sal.

En opinión de Ánxela Bugallo, estos restos junto a las estelas funerarias y aras romanas aparecidas en las inmediaciones confirman "la importancia de Vigo como asentamiento romano".