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Jóvenes en un aeropuerto.Fernando Villar

La fuga de talento se agrava: 8.200 gallegos con estudios superiores emigran en un año

Los trabajadores con título universitario que se marchan a trabajar a otras partes del Estado crecen un 15% respecto a 2021 | El 84 por ciento son menores de 45 años

Galicia pierde cada vez más capital humano cualificado. Mientras las empresas se quejan de que no encuentran mano de obra formada, en 2022 un total de 8.257 trabajadores gallegos con titulación universitaria hicieron las maletas y se fueron a trabajar a otras comunidades autónomas. Esta fuga de talento va además en aumento. Los gallegos con estudios superiores que emigraron a otras partes del Estado fueron un 15 por ciento más que el año anterior. En un lustro el incremento supera ya el 21 por ciento. Y, sin embargo, Galicia no atrae, en la misma medida, a profesionales con títulos universitarios: solo 4.000 en el último año, es decir, la mitad de los que se van.

Son datos de contratados del Instituto Galego das Cualificacións, dependiente de la Consellería de Promoción do Emprego, es decir, trabajadores que se marchan a otras comunidades con un contrato debajo del brazo.

En conjunto, aumentó la movilidad laboral durante el año 2022, pero mientras la entrada de trabajadores a Galicia se mantuvo en cifras similares a las del ejercicio anterior (25.763 gallegos, solo 17 más que en 2021), la salida de profesionales para trabajar en otras partes del Estado aumentó un 13,7 por ciento hasta los 33.493 gallegos emigrados. Esto significa que Galicia perdió el pasado año una masa laboral de 7.730 personas, sin contar los que se marchan al extranjero, un déficit que además duplica el saldo negativo de 3.600 que se contabilizaba en 2021.

Por estudios

Y entre los que abandonan el mercado laboral gallego, una cuarta parte son titulados universitarios. No es el grupo más numeroso de los que se van. Los superan los 10.291 gallegos que hicieron las maletas el pasado año y que no completaron la enseñanza obligatoria. Sin embargo, sí son los que arrojan el saldo más negativo entre los que salen y los que entran.

Así, entre los trabajadores sin estudios básicos, aunque se marcharon más de 10.200 llegaron a Galicia 9.169. Es decir, el déficit es solo de 1.122 personas, mientras que entre los titulados universitarios la balanza se desequilibra a favor de los que emigran: son 4.000 más de los que llegan a la comunidad.

mobilidad laboral W

También se fueron a trabajar a otras autonomías 7.689 titulados de Bachillerato (3.400 menos de los que llegaron) y 3.759 con estudios de FP (pero solo entraron 2.258 a Galicia). La comunidad solo atrae trabajadores que alcanzaron únicamente a terminar la ESO. Ahí el saldo es positivo y mientras se marcharon 7.005 se logró captar a 7.289.

Pero detrás de estos datos no solo hay un problema laboral o económico, sino también demográfico. El 76 por ciento de los trabajadores que abandonan Galicia para trabajar en otras partes de España tienen menos de 45 años. El pasado año se marcharon casi 12.000 veinteañeros y 13.600 profesionales de entre 30 a 44 años. Sin embargo, Galicia solo atrajo a 18.600 trabajadores comprendidos en estas edades: es decir, en un año se perdieron casi 7.000 gallegos en edad de tener hijos.

La fuga de jóvenes es más acusada incluso entre los que tienen título universitario: el 84 por ciento tienen menos de 45 años y, de ellos, 3.100 no llegan a la treintena –es decir, cuatro de cada diez–.

Por profesión

Según el tipo de ocupación, el pasado año se fueron a trabajar a otras comunidades un total de 6.575 técnicos y profesionales científicos e intelectuales, según las estadísticas de la Consellería de Emprego. Por la contra, Galicia solo atrajo a 4.200 trabajadores en esta categoría. También emigraron 8.140 trabajadores cualificados en la agricultura y la pesca frente a los 4.913 que llegaron a la comunidad gallega.

Galicia es deficitaria incluso en la captación de profesionales de la salud, pese a las necesidades que existen sobre todo en Primaria. Así, en 2022 un total de 834 trabajadores del ámbito sanitario se marcharon fuera pero solo entraron a la comunidad autónoma 507.

Expertos y empresas piden ajustar mejor la formación a las demandas laborales

Los expertos coinciden en el diagnóstico: la pérdida de trabajadores con estudios superiores se debe “al fuerte desajuste” entre la oferta y la demanda de este tipo de trabajadores. “Falta tejido empresarial para toda la oferta de mano de obra cualificada que se genera en la comunidad”, opina el vocal del Colegio de Economistas de Ourense y profesor de Administración y Finanzas, Juan Santamaría Rodríguez. “Existe un significativo exceso de personas con cualificación superior”, añade el profesor de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidade de Santiago (USC), Manel Antelo.

Sin embargo, resulta paradójica esta afirmación con las acuciantes necesidades que manifiestan las empresas para encontrar mano de obra cualificada, sobre todo en el sector tecnológico. “Podemos rondar las 150 incorporaciones laborales al mes y nos quedamos en 50”, aseguraba este jueves el CEO de Plexus, Antonio Agrasar, en el foro organizado por FARO DE VIGO sobre “Los desafíos de la economía gallega”. Así opinó que la oferta de plazas en ramas tecnológicas en las universidades públicas y privadas es “claramente insuficiente”.

"Hay quienes se forman en grados excedentarios y con escasas salidas laborales"

Manel Antelo . Profesor de Fundamentos de Análisis Económico de la USC

¿Por qué entonces hay 8.200 gallegos con formación superior que en un año se van a trabajar fuera? Manel Antelo cree que es la consecuencia de “un desequilibrio importante” entre las necesidades de la demanda –lo que necesitan las empresas– y las preferencias de la oferta –lo que la población que adquiere titulación superior desea–. “Por la razón que sea la persona egresada prefirió formarse en un grado excedentario y con escasas oportunidades laborales en Galicia antes que hacerlo en otro acorde con las necesidades que expresan estos sectores y que dicen estar obligados a contratar mano de obra foránea”, explica el profesor de la USC.

En la receta coinciden expertos y empresarios. “La universidad debería ser una fábrica de talento pero no tiene la agilidad que requieren las empresas”, explicó el CEO de Plexus que, sin embargo, reconoció que la FP dual funciona bastante bien. En su opinión, “hay que abrir las aulas y acercar la universidad a la empresa para ajustar la formación a las necesidades laborales”. Y, en concreto, ante la demanda de perfiles tecnológicos Agrasar plantea que en los colegios la programación debería ser una asignatura del mismo rango que matemáticas o lengua.

"Faltan grandes empresas que permitan desarrollar una carrera profesional"

Juan Santamaría Rodríguez . Vocal del Colegio de Economistas de Ourense

El problema, según el profesor Antelo, es “la rápida transformación de muchos sistemas productivos”. “Debe haber un ajuste continuo a las necesidades cambiantes de las empresas”, defiende. Así, aboga por una apuesta decidida por la formación profesional en la que participen las empresas. “De lo contrario, es muy posible que la dimensión actual del problema no deje de crecer en los próximos años”, advierte.

“Hay que abrir las aulas y acercar la universidad a la empresa para ajustar la formación a las necesidades laborales"

Antonio Agrasar . CEO de Plexus

Sin embargo, el desajuste entre oferta y demanda no es la única razón que apuntan los expertos para explicar la fuga de talento. Juan Santamaría advierte que muchos de los jóvenes que se marchan a trabajar fuera lo hacen en busca de un entorno que les permita desarrollar su carrera profesional y progresar. “La abundancia de pymes en Galicia y la falta de grandes empresas no permite a estos perfiles desarrollar carreras profesionales acordes a su cualificación y esto es un handicap para ellos”, señala. “Buscan crecer y tener más recorrido a nivel salarial”, añade. El vocal del Colegio de Economistas de Ourense cree, sin embargo, que Galicia debe intentar atraer de vuelta a ese talento sénior que ya hizo carrera en el exterior.

Pero la fuga de talento supone además desperdiciar recursos públicos en formar capital humano que luego se va fuera. Manel Antelo cree que es “un problema grave” que el modelo de financiación autonómica debería resolver. “Se debería compensar el gasto que supone proporcionar formación a una parte de mano de obra que luego aporta a otras economías”, defiende el profesor de la USC.

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