La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, y la responsable de Vivienda, Alexandra Fernández, se reunieron ayer con la dirección de la Federación Gallega de la Construcción y propusieron la puesta en marcha de “un proyecto piloto” que contemple la creación de 1.000 viviendas de protección pública.

Pontón destacó la doble vertiente de esta medida que permitiría impulsar el sector de la construcción y, a su vez, facilitar el acceso a la vivienda. Estas residencias, explicó, deberían primar la sostenibilidad y la reducción del consumo energético.

Así lo apuntó tras la reunión con la federación de constructores en la que ha admitido que este sector se encuentra ante “retos importantes” como la necesidad de impulsar un relevo generacional o garantizar la mejora de las condiciones laborales.

La líder del BNG también urgió que este sector reciba fondos europeos que permitan la modernización del mismo y reiteró que “es importante” que el dinero que se reciba de Europa no acabe “siendo captado solo por tres o cuatro empresas”.