Pese a las dificultades de algunos colectivos para acceder a una vivienda, la construcción de pisos protegidos está bajo mínimos. La Xunta apuesta en los últimos años por la rehabilitación y por sacar al mercado inmuebles vacíos. El resultado es que la inversión pública en políticas de vivienda se ha desplomado un 40 por ciento en la última década. El estallido de la burbuja inmobiliaria tras la recesión de 2008 supuso un importante recorte en los presupuestos destinados a esta materia que tocó fondo en 2014 y, aunque desde entonces han vuelto a incrementarse las partidas para vivienda en 2019 el desembolso de la Xunta fue de 93,6 millones de euros, cuando diez años antes rondaba los 150 millones de euros.
El mismo bajón pegaron los concellos. Aunque su inversión en vivienda es mucho más reducida que la de la Xunta, la inversión también cayó un 40 por ciento desde 2010 hasta los 9,9 millones de euros.
Según los datos recogidos en el Observatorio de Vivienda y Suelo del Ministerio de Transportes, la inversión pública por habitante en 2019 fue de 38,3 euros en Galicia. Es la sexta comunidad que menos dinero per cápita destina a estas políticas, solo por detrás deAsturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Murcia.
Las diferencias entre autonomías son abismales. En Navarra, por ejemplo, la inversión pública por habitante en materia de vivienda asciende a 102 euros y en Canarias y Baleareas supera los 60 euros.
El volumen de viviendas protegidas que salen al mercado ha caído drásticamente. En los últimos diez años se ofertaron 3.000 pisos públicos, ocho veces menos que los construidos en la década anterior.. De cada diez inmuebles que se terminan en la comunidad solo uno se pone a la venta en régimen de protección.
El alquiler ha pasado a ser lo más solicitado, pero la nueva oferta todavía es reducida. En los últimos cinco años solo se finalizaron en Galicia 120 pisos de protección con destino al arrendamiento o al alquiler con opción a compra.
Aunque en la última década la mayoría de las viviendas fueron auspiciadas por promotores públicos o privados, en 2019 el 86% de los 65 pisos que obtuvieron calificacion provisional de protegidos fueron impulsadas por cooperativas.
Eso sí, Galicia tiene un parque de pisos de titularidad pública disponibles para el alquiler de 3.534 inmuebles. Ocupa el puesto noveno en el ranking de comunidades con más arrendamientos. Y lidera el alquiler con opción a compra con 5.520 viviendas.
La construcción fue uno de los motores de la economía española durante muchos años y, aunque el boom inmobiliario,redujo las licencias de edificación, en Galicia se han construido en los últimos 38 años casi dos veces más viviendas que hogares se han creado en este periodo.
Así, desde 1981 se incrementaron en Galicia los hogares en 333.300 pero se edificaron 582.794 viviendas.
