A Fina Estévez, profesora de Francés en el IES do Barral, le ha entrado de repente un "agobio" que no tenía hace pocos días. El protocolo anti-Covid-19 de la Xunta para la seguridad en las escuelas le parece "irreal", pues se trata de una norma que a profesionales docentes como ella los carga de nuevas y "más responsabilidades" difíciles de llevar a cabo: como lograr que niños se comporten como "robots", yendo en fila, "de uno en uno", sin que se crucen con los demás.

Al fin y al cabo, la pandemia ha tornado la principal preocupación de los docentes este curso: a prácticamente ninguno les resulta un "problema" recuperar el tiempo perdido en sus materias. Así lo transmite Jaime Vázquez, docente de Matemáticas en el IES de Teis, pese a que los chavales llegarán "más flojitos" que de costumbre, apunta Estévez. "Ahora, nuestra primera necesidad como docentes es olvidarnos un poco del currículo. Va a ser educación para la salud, en todas las etapas", señala la profesora de Infantil en el colegio Calasancias, Iria Ortigosa.

Porque la situación epidemiológica, por encima de cualquier otra cosa, es lo que produce más desasosiego en el claustro: "Se antoja complicado cumplir algunas medidas; no hay espacio", expresa Luis Abelleira, profesor de Formación Profesional en el CIFP As Mercedes. Vázquez es todavía más claro: "Lo difícil va a ser cuando haya algún alumno o profesor contagiado y no se sepa".Por eso a Estévez no le "sorprenderá" que la pademia provoque un mayor absentismo escolar, aunque no cree que vaya a haber "más bajas".

El miedo es común a todos. Vuelve el cole y no lo hace de cualquier manera. Las escuelas ultiman las medidas de seguridad con dificultades: "En el momento en el que empiezas a separar pupitres, no caben", manifiesta Vázquez, en representación de quienes cargan más angustia que libros en la mochila. Si cuando llega cada mes de septiembre el principal objetivo es lograr que un grupo de jóvenes aprendan y consigan resolver sus dificultades, algunos ya tildan este curso tan atípico como "el mayor reto para la educación de toda la vida".

Para ello, esperan que el peor escenario, el de volver a cerrar las aulas, no resulte. Muchos no quieren repetir el calvario que sufrieron durante el confinamiento, porque ellos no se ven suficientemente "preparados" ni ven a los alumnos listos. Por eso Vázquez defiende a ultranza, pese a los riesgos, una educación presencial que ofrece "igualdad de oportunidades, da igual si pertenecen a una familia bien o a una desestructurada". Y para eso es necesario que lleguen más recursos más pronto que tarde. "Una buena idea sería reforzar el profesorado y hacer grupos reducidos", zanja Abelleira.

Fina Estévez - Profesora de Francés en el IES do Barral : "Los alumnos llegarán muy flojitos; es muy nececesario el regreso a las aulas"

Fina es la única titular de Francés en el IES do Barral, en Ponteareas, para los cuatro cursos de la ESO y los dos de Bachillerato. Su "principal preocupación" es que va a tener "más responsabilidades": "Reforzar las entradas, las salidas, que los niños vayan de uno en uno...Creen que los niños son como robots y que en clase se van a estar quietecitos".

Aparte de eso, lo que "más miedo" le da "son las clases llenas": "Están hablando de 25 alumnos por aula. Y yo en algunas tengo 30. Eso es muy irreal. Defiendo las clases presenciales, pero aquí hay gente que habla que dentro de 15 días a lo mejor estamos de vuelta en casa".

Con todo, lo de optimizar el espacio también lo ve inviable: "En el gimnasio hay clases de Educación Física a todas horas; en el laboratorio, igual; en el aula de música, lo mismo". "Tenemos toda la incertidumbre, porque así nos mantuvieron hasta el último momento; no querría verme en el lugar de los directores", confiesa.

Otra de las dificultades a partir de la semana que viene será recuperar el tiempo perdido: "Los alumnos llegarán muy flojitos. Ya en condiciones normales llega septiembre dicen que no se acuerdan de nada".

Además, durante el confinamiento Fina se dedicó a "reforzar" la materia, porque "no merecía la pena avanzar". No guarda un buen recuerdo de esos días: "Me sentí como una idiota, porque trabajé más que nunca y vi que no servía para nada. Mandaban las tareas hechas por otras personas o copiadas". Fue "horrible" y no le gustaría repetir. Por eso está previsto que los primeros días de clase se dediquen a aprender a utilizar el aula virtual. "Yo quiero volver al aula. Es muy necesario. Los niños también lo dicen. Aunque implique riesgos, como salir a la calle, al mercado o a la peluquería. Hay que seguir, no podemos estar en una burbuja eternamente" concluye.

Jaime Vázquez - Profesor de Matemáticas en el IES de Teis: "La vuelta al cole en plena pandemia es el mayor reto de mi vida docente"

Jaime Vázquez es profesor de Matemáticas en Bachillerato y los cursos más avanzados de la ESO del IES de Teis, en Vigo. Lleva toda una vida dedicada a la docencia, sin embargo, dice que el curso que está a punto de comenzar es "el mayor reto que ha tenido a nivel docente". Y es que al reto educativo de cada año, el conseguir "resolver las dificultades de los chavales", se suma esta vez ser responsable de que se cumplan una serie de normas sanitarias dentro del centro.

"Hay algún compañero que tiene miedo y está agobiado", asegura. Él, no obstante, se ve con "ilusión", aunque también "pesa mucho la incertidumbre y la intranquilidad" de unos protocolos que han llegado "tarde". Sobre la distancia de 1,5 metros que tendrán que mantener los estudiantes ve que "en algunos casos" tendrán que "desdoblar" clases, porque "en el momento que empiezas a separar pupitres, no caben", con lo que "hará falta que la Administración contrate más profesores".En cualquier caso, una hipotética situación que lo tiene en vilo es que haya alguien contagiado entre el claustro o los alumnos y "no se sepa".

Vázquez opina que "recuperar el tiempo perdido" desde marzo con los estudiantes "no es un problema". Además, le consta que los alumnos vendrán más "motivados" que otros años. Aunque eso no resta las dificultades: "Les vamos a dar un poco más de caña y lo normal es que les cueste".

Peor sería en todo caso "si volvemos a otro confinamiento": "Sería añadir más déficit sobre el que ya había". Y, si eso ocurre, con la experiencia de marzo en la mochila, espera verse "preparado" para volver a dar formación online. Para eso, ya desde el principio, y con vistas a lo que pueda ocurrir, vertebrará "mucho más la clase en torno al aula virtual", prácticamente "como base".

Iria Ortigosa - Profesora de Infantil en el colegio Calasancias: "Hay que olvidarse un poco del currículo y apostar por la educación para la salud"

"Tengo el reto de cumplir con mi trabajo como siempre o incluso mejor; y me preocupa que estemos intentando volver a la normalidad y vayamos para atrás", afirma la cara positiva del profesorado, Iria Ortigosa, maestra de Educación Infantil en el colegio Calasancias, de Vigo. En la etapa de formación a la que se dedica, con niños de 3 y 4 años, comenta que una de las claves es "crear rutinas". Y las de este año tendrán que ver con tomarse la temperatura, aplicarse gel hidroalcohólico o no arrimarse a otros compañeros: "Ahora, nuestra primera necesidad como docentes es olvidarnos un poco del currículo. Va a ser educación para la salud, en todas las etapas". "Obviamente" cree que "va a costar su trabajo" acostumbrarlos, pero su experiencia le dice que "cuanto más pequeño, más fácil".

Sobre el protocolo, que "no es del todo fantástico", el mismo que obliga a los centros a crear grupos "burbuja" que no se mezclen con otros y no compartan patio de recreo ni horarios de entrada y salida, comenta: "Espero que no se produzca ningún contagio, pero sé que el virus está ahí y hay que tenerle miedo". Es un hecho que es un tema de conversación entre los profesores. Pero, para que los peores presagios no sucedan, llama la atención a la "responsabilidad" de las familias. Aun así, pese a los riesgos, considera que "los niños necesitan volver a la escuela, necesitan aprender": "Durante el confinamiento hice videoconferencias con los padres, pero no todos tienen medios informáticos. Además, el encierro para los pequeños supuso una etapa muy confusa, de estrés, porque un virus les había quitado lo que más les gustaba".

Luis Abelleira - Profesor de Mantenimiento Aeronáutico en el CIFP As Mercedes: "Los estudiantes usan 13 herramientas en una hora, ¿quién las desinfecta?"

Las dudas están implantadas en cualquier modalidad de estudios. También en la Formación Profesional. Luis Abelleira imparte clases en el Ciclo Superior de Mantenimiento Aeronáutico en el CIFP As Mercedes de Lugo: "En mi caso, hacemos trabajo en el taller, y se antoja un poco complicado aplicar algunas medidas para que no haya contagios. En una hora los alumnos utilizan las mismas 13 herramientas. ¿Quién las tiene que desinfectar?".

En realidad, para Abelleira son "muchas cosas": "Enseño a 22 alumnos y no hay espacio para que trabajen individualmente ni yo tengo tiempo de ir explicarles lo que tienen que hacer uno a uno". Además, el curso pasado hubo que hacer modificaciones en la programación y todavía no sabe cómo se van a resolver esas carencias: "¿Quién va a dar la materia que falta? ¿El profesor del año pasado o el de este? No lo tengo nada claro. Los alumnos han aprobado la asignatura, pero les queda por aprender ciertas cosas".

Una "buena idea" sería "reforzar el profesorado y hacer grupos reducidos", aunque "los sindicatos están diciendo que van a ser los que ponen todos los años". En cualquier caso, él no ve en las clases virtuales una solución: "Creo que los docentes no estamos preparados, ni hay medios. Yo me puedo ir al taller a grabarme un vídeo para los alumnos. Pero no le van a prestar la misma atención. Si no doblan los cursos, igual simplemente hay que asumir el riesgo y dar las clases. Y esperar que todo salga lo mejor posible".