Uno de los avisos que más repite la Consellería de Sanidade durante los últimos años a pacientes y a profesionales médicos es que no se excedan con los antibióticos porque los datos muestran que se recetan "demasiados" en Galicia y que "en cierta medida están mal seleccionados". No es una broma: la Xunta considera la resistencia a estos fármacos como "uno de los principales problemas de salud pública". De hecho, unas 33.000 personas mueren cada año en Europa por infecciones hospitalarias causadas por bacterias resistentes y uno de cada diez de esos fallecimientos ocurre en España, como afirma el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) 2019-2021. El PRAN, no obstante, trae buenas noticias en su balance del pasado año: España redujo un 5,4% el consumo de antibióticos en salud humana con respecto al ejercicio anterior y en Galicia también se ha moderado el recurso a esta opción farmacológica, aunque un poco menos, un 4,7%, siempre excluyendo los datos de uso hospitalario, pero sí incluyendo las recetas privadas, las de las mutuas y las de la sanidad pública.

En concreto, según el último informe del PRAN, en la comunidad gallega se dispensaron a lo largo del pasado año 24,59 dosis diarias definidas por cada mil habitantes, la cifra más baja registrada en la página de seguimiento del Ministerio de Sanidad durante el último lustro para la comunidad, aunque ligeramente superior al dato relativo al conjunto autonómico, que se situó en 2019 en 23,28. En todo caso, las autoridades también lamentan que los resultados estatales siguen por encima de la media europea.

Las cifras gallegas fueron oscilando en los últimos años, pero al volver la vista atrás los datos de 2019 son los mejores: suponen también un recorte de un 5 por ciento con respecto a 2014 y de casi el doble, un 8,3 por ciento, si se los mide con los de 2015, cuando se llegaron a dispensar casi 27 dosis diarias por cada mil habitantes.

En Galicia el excesivo uso de este tipo de medicamentos está sobre la mesa desde hace varios años y la Consellería de Sanidade lo plantea cada vez que analiza el consumo anual y lo resume en unos informes que titula, precisamente, por "Uso excesivo de antibióticos en atención primaria". En el último "Venres Epidemiolóxico" en el que aborda el problema, en 2018, la Dirección Xeral de Saúde Pública avisa de que "se prescriben antibióticos cuando son innecesarios" y "se pone de manifiesto también que hay un uso excesivo de los de amplio espectro en relación a los de espectro reducido", un hecho que, añaden, "desde el punto de vista de control de las resistencias a los antibióticos, sugiere una mala selección del tratamiento". El recurso en Galicia a esta solución terapéutica llegaba al punto, como indicaban entonces, de situar a la comunidad en el tercer lugar de mayor consumo tras Chipre y Grecia.

Los propios gallegos admiten un uso reiterado de estos fármacos. La Xunta realizó una encuesta sobre consumo autodeclarado de este medicamento que reveló, según las conclusiones, que hay áreas en las que Galicia puede "mejorar" para evitar un uso "inapropiado" de los antibióticos. La Xunta detectó entonces tal y como indicaron los propios pacientes, que se adquieren sin receta médica, que no siempre se acaban los tratamientos y, "muy especialmente", que se almacenan y después se vuelven a consumir. Esta investigación la hizo en 2017.

Un año antes había analizado el consumo de antibióticos en niños. Entonces también advertía que el uso de estos fármacos entre los menores era "excesivamente elevado" y añadía que también era "elevada" la resistencia a antibióticos en patógenos comunes en esa edad, como puede ser el neumococo. El abuso de antibióticos se producía incluso en el primer año de vida de los bebés: un 58,6% había utilizado estos fármacos antes de soplar su primera vela.

A Sanidade le preocupa tanto esta cuestión que en la encuesta sobre conductas de riesgo de este año, donde suele analizar el comportamiento de los gallegos respecto al alcohol, el tabaco y otras drogas, estaba prevista, al menos antes de la pandemia la inclusión de un módulo específico para conocer la evolución de este parámetro.

En su página sobre uso de antibióticos, el Sergas sintetiza las recomendaciones de la OMS en cinco: que los antibióticos se prescriban "solo cuando son verdaderamente necesarios", que se utilicen "solo si son recetados por un médico", que el paciente "siempre" complete el tratamiento prescrito, aunque "ya se encuentre bien", y que ni se almacenen ni se compartan.