El candidato socialista a la Xunta, Gonzalo Caballero, se movió ayer por Galicia acompañado por el ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska, primero en Vigo y por la tarde, en O Carballiño, segunda población más importante de la provincia de Ourense donde el PP atesora el mayor caladero electoral de Galicia, con un apoyo en las urnas que supera la mitad de la participación. Es el feudo de la dinastía Baltar, a quien los socialistas consideran el prototipo de caciquismo. Por eso Caballero considera más importante que en ninguna otra provincia que todos acudan a votar en las elecciones en Galicia 2020, "especialmente aquí, para acabar con la política caciquil decimonónica que sigue instalada en la Diputación, que es un ejemplo de afrenta a la provincia".

El aspirante del PSdeG-PSOE sostuvo que las elecciones ponen en juego "el futuro de Galicia frente a una derecha que quiere hacer ver que está todo decidido". Y añadió: "No me resigno a que en Galicia no puedan vivir mis hijos, que nuestros mayores no vivan con dignidad o que se cierren centros de salud u hospitales comarcales. Tenemos que pasar página porque ya son demasiados once años de gobierno de la derecha que solo trajeron limitaciones en la inversión pública".

El escenario que desea Caballero es el de que vayan a votar todos los que acudieron a las urnas en las tres elecciones de 2019, dos generales y unas municipales, donde el PSOE fue el más apoyado en una ocasión y en las otras dos quedó a solo 10.000 papeletas del PP. "Por un voto se decide si se avanza o si se retrocede", avisó.

En su intervención, Caballero puso en valor la gestión de Pedro Sánchez y de sus ministros, sobre todo debido a la actitud "de la derecha y la ultraderecha", que, a su juicio, abandonaron todo ejercicio de responsabilidad política porque "no asumieron" los resultados de las pasadas elecciones.

"De esta crisis salimos todos o no salimos nadie, y para que esto pase está el PSOE, porque no es lo mismo que gobierne la izquierda que la derecha", advirtió.

Por su parte, el ministro consideró que el actual presidente y candidato del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, ya no muestra "interés" en Galicia, sino que tiene sus aspiraciones políticas puestas en otros objetivos. "El señor Feijóo lleva muchos años pensando que su futuro quizás ya no está en Galicia", dijo, tras lo cual añadió que para comprobarlo no hay más que fijarse en "en su conducta".

Frente a ello, consideró que la comunidad gallega necesita un gobierno de progreso que trabaje junto al Ejecutivo estatal y capitaneado por Gonzalo Caballero. "Necesitamos gente como Gonzalo, que tenga muy claro cuál es su futuro y dónde está", expuso.

Pero para que esto sea posible, es imprescindible que ningún votante se quede en casa. "El PSOE tiene equipo, tiene programa y no nos podemos permitir seguir con la política errática del PP", agregó el ministro del Interior. "Vais a hacer todo para que no haya un voto que se quede en casa. Estoy convencido de que vais a estar ahí, para que ninguna persona no esté convencida de la necesidad de cambio", proclamó Grande-Marlaska.