Una empresa musical llamada Diablo Estudio daba cobertura laboral a Juan Carlos Santórum y varios de sus allegados, si bien no se les conoce actividad oficial ni en ese campo ni en ningún otro. El Juzgado de Instrucción 3 de Vigo mantuvo el secreto de sumario tras el abordaje del Karar y las detenciones de abril y ordenó nuevas intervenciones de comunicaciones en busca del escalón más alto de la red. Buscaban a los verdaderos jefes de la organización y durante un tiempo mantuvieron pinchados, aunque sin éxito, cinco teléfonos del histórico "Charly", un arousano que lleva décadas en el punto de mira de las fuerzas antidroga y nunca ha sido condenado por narcotráfico. El pasado 1 de junio se decretó el cese de las intervenciones al no encontrarse indicio alguno.