Antesala de las elecciones gallegas del 12-J, el de este lunes fue un debate electoral encorsetado, con los minutos milimetrados y demasiados participantes. Finalizado con solo un consenso, el recuerdo a las 619 víctimas causadas por el Covid-19 en Galicia, se convirtió en un cara a cara inédito marcado por el virus pero sin claras recetas para el futuro al que le faltó garra y dinamismo.