Estampida de propietarios que alquilan sus viviendas por la incertidumbre jurídica y el temor a los impagos, caída a mínimos de la oferta de pisos disponibles para el arrendamiento -apenas 1.200 en Galicia frente a los 3.200 que había al arranque del año-, endurecimiento de los requisitos en los contratos (exigencia de aval y seguro por impago), desplome de las compraventas y aumento de los locales y bajos comerciales disponibles. Es la radiografía que hace el sector inmobiliario de la nueva crisis desatada por el coronavirus y que deja tocada y hundida la economía mundial.

Mercado del alquiler. En este arranque de año, la oferta de pisos en alquiler en Galicia había tocado fondo con tan solo 3.200 disponibles, una cifra que solo supone el 2% de todos los disponibles en el circuito de arrendamiento tradicional -casi 146.000-. Pero la oferta se retraerá todavía más, según advierte el presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), Benito Iglesias, debido a la inseguridad jurídica reinante y ante una incertidumbre total y la desconfianza y preocupación de los propietarios ante posibles impagos de renta. "En los próximos meses la vivienda en arrendamiento en el circuito de comercialización no llegará ni a las 2.000 viviendas marcando así un mínimo jamás visto en nuestra comunidad", pronostica Iglesias. "La ineficiencia e ineficacia de las administraciones -denuncia- van derivar a un muy corto plazo a un grave problema social y un aumento del porcentaje de familias en los umbrales de la exclusión social",

Pisos turísticos. La patronal inmobiliaria apunta que las prioridades y los conceptos han mudado en la mente de los gallegos de una manera drástica, y eso

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-asegura- modifica la senda de la vivienda y su disfrute de una forma que aún está por concretar. "De momento lo que podemos contrastar es el freno de la vivienda vacacional, entre un 10-15% volverá al circuito de comercialización de alquiler de vivienda tradicional", apunta.

Endurecimiento de los contratos. El sector da por hecho que la vivienda en alquiler tradicional será "la que más cambios va a sufrir, y a peor". El acceso a los pisos en arrendamiento va a ser más difícil para muchas personas y familias. ¿El motivo": Al justificante de ingresos que siempre se solicita en la firma de un contrato de arrendamiento, ahora se va a sumar, de manera mayoritaria e inmediata, una póliza que cubra impago de renta o, en su defecto, un aval bancario.

Reformas antidesahucios y límite de precios. "A esto hay que sumarle la creciente desconfianza y recelo de los propietarios, fruto de una inseguridad jurídica creada por el desequilibrio, entre arrendador y arrendatario, de la última Ley de Arrendamientos Urbanos de 2019 y su anunciada modificación en el verano de este año, con la introducción del límite de precios al alquiler", advierte Iglesias. El impacto dejará cifras históricas: "Retraerá considerablemente la oferta de viviendas en alquiler a mínimos nunca vistos en nuestra comunidad. "Ante este escenario -cuestiona-, las administraciones aún no han reaccionado, ya que sigue sin existir una planificación de viviendas en Galicia, ni un parque social de viviendas, ni un plan de choque de ejecución de viviendas de protección oficial en sus tres vertientes: régimen concertado, régimen general y régimen especial, que den solución a las rentas medias-bajas y rentas bajas".

Esfuerzo financiero. La vivienda se llevó una parte importante de los ingresos de un hogar. En el conjunto de la comunidad, los gallegos se dejan casi el 20% de su sueldo en el pago del alquiler. Pero en el caso de A?Coruña, Santiago y Vigo, el desembolso es de casi el doble. Según los datos del primer trimestre provisionales de 2020, la media en las estas tres urbes, las que según advierte la patronal inmobiliaria presentan "más tensiones en el mercado del alquiler" se sitúa en el 37,9%, mientras que el límite recomendado por el sector en Galicia es "nunca superar el 30%" ,

Compraventa. Quien esté planeando adquirir una vivienda, pasará a un segundo plano. "Las compraventas caerán" a plomo en este segundo cuatrimestre del año, llevándonos a mínimos de operaciones, detalla la patronal inmobiliaria gallega. No obstante, espera una leve recuperación a partir del último trimestre de este 2020, sobre todo por las oportunidades de precio que surgirán y la falta de liquidez de muchos propietarios. "Anticipamos a corto plazo una caída de precios, que será más acusada en la vivienda usada que en vivienda nueva", prevé Iglesias.

Bajos y locales comerciales. En el circuito de comercialización de bajos y locales comerciales, la patronal también da por hecho que habrá corrección de precios tanto en propiedad como en alquiler. El stock de locales en arrendamiento aumentará, ya que en este segundo semestre serán numerosas las actividades económicas que cesen en su actividad de manera definitiva.