Origen: Galicia. Esta referencia en los productos del campo da un plus de calidad y diferenciación en el mercado y es uno de los principales atractivos para el consumidor. Patatas, castañas, pimientos, grelos, berza, tomates, kiwis, manzanas? Las despensas se llenan a diario de alimento "da terra galega". Pero en ocasiones la confusión, el abuso o el fraude en el etiquetaje llevan a los consumidores a comprar un producto pensando que es de categoría y que procede de un lugar que finalmente no tiene ese nivel ni tampoco resulta ser de donde dice. Para tratar de combatir el fraude en el etiquetado y garantizar que se recoja de manera correcta el origen de los productos, la Xunta intensificó en 2014 las inspecciones en el etiquetaje de frutas y verduras. Desde entonces, la Consellería de Medio Rural abrió un total de 104 expedientes sancionadores y a medida que se reformaron los controles se redujeron las denuncias. En estos cinco años, el descenso alcanzó el 75%.

La mayoría de las irregularidades detectadas se refieren a defectos en el etiquetado, como no estar debidamente detallado el origen, no recoger determinadas características o publicitar con referencias a Galicia un producto que en realidad son de fuera. En otras comunidades autónomas ya se han dictado sentencias condenatorias a establecimientos por vender alimentos que no se correspondían con la publicidad con que se anunciaban.

El refuerzo de los controles durante los últimos años en la comunidad gallega ha hecho caer el fraude en el etiquetado de los productos agrarios. De la veintena de procesos abiertos en 2014 se pasó a 5 el año pasado. Y en lo que va de 2020, no se ha detectado ninguna anomalía en el etiquetaje de alimentos del agro. El año con más denuncias tramitadas desde Medio Rural por estas irregularidades fue 2015, con un total de 40; seguido de 2014 y 2017, con 20 casos cada ejercicio. Desde el departamento que dirige José González, destacan que la Axencia Galega de Calidade Alimentaria trabaja en la defensa de la "excepcionalidad" de los productos de la comunidad con el objetivo de "posicionarlos en el mejor lugar del mercado" y "garantizar su calidad".

Las denominaciones de origen (DOP) e indicaciones geográficas protegidas (IXP) crearon el año pasado, a iniciativa de la Unión de Consumidores de Galicia (Ucgal), un grupo de trabajo para combatir el fraude en el etiquetado de productos del campo. Los productores gallegos que apuestan por la calidad diferenciada alertan de los problemas que afectan al sector agroalimentario de la comunidad como la competencia desleal, las falsificaciones en el etiquetado, la escasa defensa de las materias primas y las dificultades para concienciar a los consumidores de los riesgos de los productos "da casa" que no pasan controles sanitarios. Por eso, reclaman la implicación de las administraciones para acercar al usuario alimentos seguros y saludables defendiendo los intereses de las DOP e IXP gallegas.

Ante la reciente reforma de la Ley de Cadena Alimentaria acometida con carácter de urgencia por el Gobierno central para evitar las ventas a pérdidas denunciadas por el sector agroganadero en todo el país, la Xunta colaborará con el Ministerio de Agricultura en el diseño de un plan de control que se establecerá a través de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA).