La Comisión Europea ha aprobado este jueves una inversión de 226 millones de euros a cargo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) para la línea de alta velocidad que unirá Madrid y Santiago de Compostela, en concreto para las obras del tramo Lubián-Taboadela.

El Ejecutivo comunitario espera que la línea ferroviaria esté operativa a partir de enero de 2022. El tramo cubre 48,5 kilómetros de la ruta de alta velocidad de 548 kilómetros desde Madrid a Santiago de Compostela.

Bruselas destaca que esta inversión servirá para potenciar la alta velocidad ferroviaria en el norte de España, al reducir los cuellos de botella, reducir significativamente los tiempos de viaje y aumentar la comodidad de los pasajeros y la frecuencia del servicio.

"El proyecto impulsará la economía local pero también la de la UE en general, porque es parte de la red transeuropea que conectará mejor el sudoeste de Europa con el resto del continente", ha destacado en un comunicado la comisaria de Cohesión, Elisa Ferreira.

Sin embargo, el Ministerio de Transportes (antes Fomento) resta validez al plazo manejado por Bruselas. Asegura que en la documentación enviada a Bruselas para la gestión de fondos comunitarios se aportó el año 2022 como fecha de referencia, dando un "margen amplio y prudente" para evitar perder esos recursos económicos en caso de producirse alguna contingencia o retrasos en las obras.

Añade el departamento de José Luis Ábalos que la programación no ha cambiado, de forma que en marzo se iniciarán las pruebas de carga del tramo gallego del AVE y que después será la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, un órgano independiente, el que determine la fecha de entrada en servicio del tren de alta velocidad.