El espacio rupturista, tras el fracaso de En Marea, confía en rearmarse de cara a las elecciones autonómicas, pero tiene que darse prisa. Aún no saben quienes están en el barco, ni quien tomará el timón, ni con que marca concurrirán (Unidas Podemos, Galicia En Común, ...).
Fuera ya están Luís Villares, que fue el cabeza de cartel en 2016, y sus afines, pero queda la incógnita de si Anova, el partido fundado por Xose Manuel Beiras, vuelve a subirse al carro del que ya tiran Podemos y Esquerda Unida. Anova, que es la facción nacionalista del trío rupturista, ya ha dicho que concurrirá sí o sí a las elecciones autonómicas, no como en las generales, cuando decidió apartarse. Lo que queda por dilucidar es si repetirá alianza con Podemos y EU o irá en solitario. Anova teme verse fagocitada por el partido morado y tampoco le convence el espacio y el protagonismo que le conceden.
La otra gran duda es quién será en esta ocasión el cabeza de cartel. El rival de Feijóo. Una de sus caras más conocidas es Yolanda Díaz, pero su nombramiento como ministra de Trabajo puede apartarla de esta senda.
El diputado en el Congreso, Antón Gómez-Reino, de Podemos, tiene sus opciones, pero cuando se pregunta surgen otros nombres, desde los exregidores de Santiago y A Coruña, Martiño Noriega o Xulio Ferreiro, a Antón Sánchez, de Anova, o el propio Manuel Lago.
La recuperación del BNG les obliga a ponerse las pilas a ellos, pero también al PSdeG. El acuerdo de investidura con el PSOE, con rebaja de los peajes de la AP-9 incluida, ha sido un golpe de efecto. ¿Un diputado nacionalista consigue más para Galicia que los dos de Galicia en Común o los diez de los socialistas?
