Desde sus instalaciones en Agolada, la quesería de Cobideza elabora al mes unos 8.000 kilos de queso, entre las variedades de Arzúa-Ullos, Tetilla y ecológico. La producción ecológica supone, ahora mismo, un tercio del total, pero irá a más, en vista de tres cuestiones: el aumento lento, pero seguro, del consumo de productos ecológicos a nivel estatal (está en un 1%, mientras que en otros países roza el 4), un precio cada vez más asequible de estos alimentos y, por último, la necesidad que tienen las distribuidoras de reducir la huella de carbono de sus alimentos.
El presidente de Cobideza, Román Santalla, apunta que la apuesta por queso ecológico y derivados también viene amparada por la necesidad de ofrecer un producto distinto y máxime cuando la cooperativa ya cuenta con una red de explotaciones ganaderas en ecológico, en Deza y A Ulloa, que les fornecen la materia prima. Es más, incluso cabe la posibilidad de que la industria que compra la leche a Cobideza, Reny Picot, se lleve también este alimento fresco pero producido bajo el sello de ecológico.
Por el momento, Cobideza mantiene contactos con distribuidoras para dar el salto al resto del mercado español, ya que a nivel gallego Dona Cobiña ya está posicionada. Hay, también, reuniones con exportadores, de cara a abrir mercado en varios países europeos. Algunas empresas ya cataron los productos lácteos de Cobideza, y la primera impresión ha sido muy buena, porque "los quesos gallegos tienen muy buena aceptación, son quesos con muchos sabores, muy aromáticos", apunta Santalla. Además, en breve comenzará una campaña publicitaria en redes sociales y medios de comunicación tradicionales, centrada sobre todo en esta producción ecológica que no se ciñe solo al queso, sino también al requesón, para el que se está diseñando ya el logotipo y también el envase, que será de cristal, con el ánimo de reducir plásticos. En este punto, Santalla deja claro que Dona Cobiña va con los tiempos, y no solo en cuestiones medioambientales sino también sociales: el consumidor de productos ecológicos suele ser una persona que vive sola o familias con, como mucho, cuatro miembros. Así que lo que demanda son quesos pequeños o, incluso, cortados ya. Y si es acompañado con promociones de miel de la zona, mejor aún. Por eso, otro de los brazos de esa campaña publicitaria será una jornada de catas en la Praza de Abastos de Lalín.
El requesón será otro de los derivados de leche ecológica que prepara Cobideza, pero tampoco descarta que a largo plazo pueda poner en el mercado mantequilla o incluso yogures. Por si acaso, aunque la quesería comenzó hace casi cuatro años con la marca Cobideza y luego se decantó por Dona Cobiña, la primera aún está vigente, por si algún boom del mercado anima a Cobideza a ampliar productos con otro nombre.
Si ahora mismo Dona Cobiña tiene tres líneas de quesos, en un futuro puede haber hasta seis, porque Cobideza trabaja también en queso de leche fresca (que no precisa pasteurización) y del que se hacen muy pocas unidades, así como tetilla ecológica y queso barra del país, idóneo para locales de restauración, ya que permite elaborar piezas de hasta dos kilos. Esta variante podría presentarse en público en febrero, de cara a la Feira do Cocido.
Formación
La quesería de Cobideza, que antes de instalarse en la nave de Avega en Agolada funcionó en el local de la Asociación Feiral Semana Verde, comenzó con dos personas y ahora cuenta ya con siete, la mayoría mujeres. Al margen de la elaboración de quesos, el inmueble también ha servido para formar "a dos remesas de queseros, una de Unións Agrarias y otra del Concello de Lalín", explica Santalla. Además, en enero está previsto que comience una campaña formativa para los socios de la cooperativa, que tendrá lugar los viernes y sábados para facilitar su asistencia.
Al margen de esta tremenda conquista del mercado más allá de los lineales gallegos y la formación de sus socios, Cobideza también va a invertir en las instalaciones de la quesería para cumplir con todas las garantías de calidad y seguridad alimentarias. Tiene previsto invertir 75.000 euros, de los que la Diputación aporta unos 35.000, para colocar tecnología que garantice la excelencia de todo el proceso. "Nuestra fábrica está muy bien diseñada, pero la propia distribución es muy exigente", apunta Santalla. Así las cosas, si hace unos años era habitual ver quesos llegados de Centroeuropa en los lineales gallegos, es muy probable que ahora la situación sea inversa y Dona Cobiña conquiste paladares extranjeros.
