Los ayuntamientos gallegos se han apretado el cinturón y han reducido su deuda pública en un 20% en los últimos tres años. Algo más de 32 millones de euros menos, según los datos del Ministerio de Hacienda. Si en 2014, y tras cinco años al alza, sus compromisos de pago tocaron techo con 158,6 millones, en 2017, y tras tres ejercicios a la baja, la deuda ha caído hasta los 113,3. Es una cifra similar a la que había en 2013. El recorte en 2017 con respecto a 2016 fue del 10,3% (13 millones menos)

En 2015, y por primera vez en cinco ejercicios, descendió la partida correspondiente a los intereses y amortizaciones de los préstamos que tienen que pagar los ayuntamientos gallegos. Esa tendencia se confirmó en 2016 y 2017. En 2015, el descenso fue de un 15% con respecto al ejercicio anterior al pasar de 158,6 millones a 134,7. En 2016, aunque el descenso no fue tan acusado, el recorte alcanzó el 6% hasta los 126,3 millones. Y en 2017 la bajada ha sido del 10,3% hasta los 113,2.

Pese a todo, la carga financiera ligada a la deuda pública de los municipios sigue en niveles muy elevados. Durante 2017, los concellos gallegos tuvieron que abonar de media 42 euros por habitante debido a la deuda que tenían.

El comportamiento de la deuda varía según el tamaño de los municipios. Entre 2014 y 2017 bajó con más fuerza entre los que tienen entre 5.001 y 20.000 vecinos (17,9 millones, un 38,5% menos) y en los más poblados (Vigo, A Coruña y Ourense, los tres por encima de los 100.000 habitantes) con 15,3 millones menos, un 34%. También por encima del 30% de descenso (4,9 millones menos) se sitúan los menos poblados (menos de 5.000 habitantes). En los que tienen entre 50.001 y 100.000, el descenso fue del 21%, mientras que los únicos concellos en los que aumentó la deuda pública fue entre los de 20.001 y 50.000 residentes: un 4,8% más.