"No hemos tenido incapacidad para formar gobierno. Lo que sucede es que no nos han dejado gobernar porque vieron lo que éramos capaces de hacer, porque vieron que el proyecto del PSOE le sienta bien a España" y porque"estábamos cambiando la faz del país", defendió ayer el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en su intervención en la segunda Fiesta de la Rosa de los socialistas de Pontevedra, celebrada en Vigo.

La cita que congregó a 700 militantes de la provincia fue una arenga a las bases para que se movilicen de aquí al 10-N para que el PSOE repita en España y en Galicia como la fuerza más votada. El mensaje fue una llamada a concentrar el voto progresista en el PSOE porque es la única opción de Gobierno "estable".

El titular de Interior censuró a PP, Ciudadanos y Unidas Podemos por no facilitar la investidura de Pedro Sánchez desde posiciones "obstruccionistas, partidarias y poco patrióticas", pero advirtió que la jugada les va a salir mal porque el PSOE "va salir reforzado" en las urnas. "Los imprudentes que nos obligaron a ir a las urnas, el 10N los españoles les van a dar taza y media de PSOE", afirmó Grande-Marlaska.

En la misma idea incidió el regidor de Vigo, Abel Caballero, que le precedió en la tribuna. "Nos bloquearon" porque se dieron cuenta de que Pedro Sánchez iba a impulsar "un cambio histórico como el de 1982 en España".

Caballero también dio por hecho que el PSOE tendrá "un apoyo masivo en las urnas porque tiene un proyecto global y progresista" y porque el PSOE ocupa "el centro escénico".

El alcalde olívico pronosticó que en su ciudad el 10-N el PSOE crecerá en votos, al pasar del 37% a más del 42%. También habrá más papaletas socialistas en toda la provincia, aseveró.

El secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, por su parte, instó a la militancia a movilizarse "para evitar que las derechas sumen" el 10N y puedan gobernar. Caballero remarcó que todos los votos progresistas deben concentrarse en el PSOE porque es "la única opción de un gobierno progresista y estable".

El líder socialista, que recibió el apoyo expreso del regidor de Vigo y la presidenta de la Diputación de Pontevedra en su reto para hacerse con la presidencia de la Xunta, acusó a Feijóo de "identificarse con la ultraderecha machista y xenófoba" y mostró su convencimiento de que el líder popular "cerrará su ciclo" y "deja una Galicia peor, con 54.000 empleados menos que hace una década".

"El PSdeG va a abrir un nuevo tiempo político en Galicia y va a ser imparable para dar a Galicia un Gobierno de progreso", afirmó.

Por su parte, la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, afirmó que todos los progresistas se juegan mucho el 10-N, "pero las mujeres más". "La derecha no cree en la igualdad de género y cuestiona la violencia ma hista", advirtió.

El secretario xeral del PSOE de Pontevedra, David Regades, pidió a las bases salir a la calle a explicar a los vecinos que a España, a Galicia, a Pontevedra y a Vigo "les va mejor con un presidente socialista".

Las primeras en subir a la tribuna para visualizar la impronta feminista del PSOE fueron las alcaldesas de Redondela, Forcarei y Meis, la secretaria xeral del PSOE en la ciudad de Pontevedra y la vicesecretaria xeral del PSOE provincial: Digna Rivas, Verónica Pichel, Marta Giráldez, Maica Larriba y Paula Fernández, respectivamente.