Una habitación para dos en Sanxenxo durante la primera quincena de agosto: 1.875 euros. Un apartamento para seis en la playa de A Xunqueira, Moaña, en las misma fechas: 1.052 euros. Un estudio para cuatro en pleno corazón del casco viejo de Santiago, también en agosto: 980 euros. Basta un solo rastreo en una de las grandes web de viviendas de uso turístico para comprobar cómo en Galicia la demanda de este tipo de alojamientos -crecidos al calor de las plataformas digitales tipo Airbnb y la economía colaborativa- sigue estando en boga. Su oferta crece y crece, y supera incluso las previsiones que inicialmente había trazado el Cluster de Turismo de Galicia. Hace dos años, cuando en mayo de 2017 la Xunta obligó a inscribir oficialmente estas viviendas, el sector estimó que en la comunidad podrían existir alrededor de 8.000. Dos años después, a fecha 1 de junio y a las puertas de una nueva temporada alta, esa barrera se ha roto y son ya 8.539, según la última actualización del Rexistro de Empresas e Actividades Turísticas (REAT). Las plazas totales suman 43.000, lo que equivale a un 70% de la oferta hotelera.
En los últimos meses el ritmo de inscripciones ha estado lejos de ir decreciendo. En el periodo que comprende abril y mayo, cada día nueve viviendas se anotaron en la lista autonómica (543 nuevas); una cifra ligeramente superior a los casi seis que hicieron lo propio durante los meses de febrero y marzo (344). La proximidad de los meses de verano, en los que existe una mayor afluencia turística, y la expectativa de conseguir una mayor rentabilidad por los alquileres apunta a los posibles factores que explicarían el repunte. En todo caso, el registro de viviendas de uso turístico no ha dejado de ir al alza desde la puesta en marcha del registro. En el primer año de vida del REAT afloraron 5.400 alquileres, mientras que en los últimos doce meses se inscribieron 3.100.
La locomotora de la oferta se sitúa esencialmente en la franja atlántica. Sobre todo, Pontevedra, que concentra casi la mitad (47,1%). Mientras a comienzos de año en la provincia se contaba con 3.634 alojamientos oficializados, ahora se han alcanzado los 4.027. Dentro de la provincia la milla de oro del turismo gallego, Sanxenxo, sigue encabezando el ránking de las poblaciones con una mayor oferta: concentra 1.628 en la actualidad, con casi un incremento de cien respecto al pasado mes de febrero. En la misma provincia, otras localidades conocidas por su tirón turístico también cuentan con una oferta amplia. En O Grove existen 281, en Cangas son 230 y en Baiona conviven 134. Vigo, por su parte, dispone de una oferta de 306.
En la provincia de A Coruña, el incremento también ha sido una constante desde el arranque del año. Las 3.155 viviendas de uso turístico registrados a 1 de junio contrastan con los 2.811 de febrero. Aquí Santiago de Compostela es el principal foco de concentración de viviendas de uso turístico. La capital gallega se sitúa por detrás de Sanxenxo, y cuenta con 565 registros.
En el interior, sin embargo, la radiografía es bien distinta: . La circunscripción lugesa suma 1.090 viviendas y la de Ourense apenas recoge 263. Juntas suman solo el 15% del total de inmuebles inscritos. La diferencia entre una y otra se explica en parte por el auge del turismo en la comarca de A Mariña. En Ribadeo, sin ir más lejos, se dan 258 alojamientos; y en Foz hay 215.
El sector niega una competencia desleal: "El cliente es quien tiene la última palabra"
- Los agentes del sector del turismo rechazan describir el auge de plataformas como Airbnb u otras ofertas de alquileres turísticos como un miembro extraño del mercado, o desleal con los establecimientos hoteleros clásicos. "No hay competencia desleal desde el momento en que están dentro de una legislación. Vemos como competencia desleal los que todavía no lo están", asegura Cesáreo Pardal, presidente del Cluster de Turismo de Galicia. "El cliente tiene que tener un abanico de posibilidades para escoger donde va pernoctar. Siempre tiene la última palabra". Dos años después de que entrara el vigor el decreto autonómico que regula este tipo de viviendas -y que obliga, entre otros requisitos, a presentar una declaración responsable a los propietarios de los inmuebles- desde el Cluster ven confirmado su diagnóstico de entonces: "Era necesario para regular la situación que veníamos padeciendo el sector turístico. Las 8.000 viviendas gozan de los mismos derechos que el resto del sector", reflexiona Pardal, aunque no se cierra a que en el futuro la normativa tenga que ser un tanto más estricta, eso sí, siempre que se haga "conjuntamente" entre el sector y la administración. Mientras, Dulcinea Aguín, la responsable de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga) -entidad que recurrió contra el decreto de la Xunta ,validado por el TSXG- tampoco quiero ver como "competencia" directa de los hoteles estas competencias. "El usuario elige qué tipo de alojamiento quiero escoger. Lo que tenemos que tener es apertura de miras y un objetivo común: promocionar el destino Galicia". Además de aclarar que la vivienda alquilada para turistas es una tendencia con arraigo en la comunidad, Aguín asegura que muchas familias con ingresos moderados, pero con un pequeño patrimonio su cargo, utilizan los alquileres para "pagar impuestos" y "poder mantener lo que tienen".
