El próximo domingo se decide el futuro de Pablo Casado. Con él al frente del partido, el PP pasó el 28-A de 137 a 66 escaños en el Congreso. Son 72 diputados menos, el peor resultado de la historia de la organización popular. Si el 26-M el PP continúa senda abajo, y sobre todo si pierde bastiones simbólicos como la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, y a ello se suma el paso a la oposición en Castilla y León, como apuntan algunas encuestas, su continuidad como líder del PP estará en entredicho. De ahí que la prensa nacional haya girado el foco hacia Galicia y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Aunque el líder gallego renunció el pasado verano a tomar las riendas del PP, tras la dimisión de Mariano Rajoy, Feijóo vuelve a ser centro de atención. ¿Por qué? Porque es el máximo referente del PP. Es el único presidente autonómico con mayoría absoluta y el pasado abril, aunque el PPdeG por primera vez no fue la fuerza más votada en la comunidad, resistió mucho mejor el acoso de Ciudadanos y VOX, que en el resto del territorio.

La prensa nacional vuelve a sacar a bailar a Feijóo porque su nombre lo vuelven a poner encima de la mesa dirigentes del PP que buscan un nuevo líder que saque al partido de su mayor crisis. En cualquier información sobre la crisis del PP y sobre todo sobre su futuro sale su nombre. Ayer mismo El País apuntaba que el político gallego "podría dar el salto a Madrid" y en base a comentarios de dirigentes del PP apuntaba que una de las razones sería que puede perder la Xunta en las elecciones autonómicas del año próximo .

El diario El Mundo desde la derrota de las elecciones generales ha erigido a Feijóo en el referente alternativo a Casado dentro del PP. Cualquier declaración suya sobre los "errores estratégicos" del PP y sobre la necesidad de recuperar "el centro político" tienen protagonismo destacado.

Feijóo, tras la debacle de las generales, también ha movido ficha. Fue el primer dirigente que habló claro y pidió en público un cambio de rumbo a Pablo Casado, y éste viró raudo hacia el centro. El presidente de la Xunta sabe que tiene la autoridad de ser el único presidente autonómico con mayoría absoluta. Consciente de la atención que recibe, ha sido crítico con la estrategia del PP en la campaña de las generales, pero se ha cuidado mucho de poner a Casado en la piqueta. "Apuesto por un PP unido. Tenemos a un presidente elegido hace nueve meses y Pablo Casado tiene que tener su espacio y su oportunidad", declaraba el pasado día doce en una entrevista a este diario.

También se autodescartaba en la misma entrevista como relevo de Pablo Casado y manifestaba su intención de agotar la legislatura en Galicia, que concluye en 2020:"Estoy donde quiero estar y donde los gallegos me han dicho que esté y no he cambiado mi posición. Pero es una posición que tomé cuando me vine a Galicia, es clara en junio de 2018 y vuelve a tener la misma respuesta ahora. Estoy aquí, tengo un mandato que cumplir y estoy trabajando a tope en las elecciones". La prensa en Madrid y sus propios compañeros de partido no terminan de creerse las intenciones del líder gallego. Y de ahí las especulaciones sobre su futuro.