La Xunta afloró el pasado año más de 178 millones euros en deuda fiscal no declarada, lo que supone un incremento del 24 por ciento respecto al ejercicio anterior. Este incremento se debe, según la Consellería de Facenda, a las actuaciones de control iniciadas en los últimos años por los inspectores y que tuvieron su efecto en 2018.

La Axencia Tributaria de Galicia revisó las declaraciones de impuestos de 315.000 gallegos. El 93 por ciento estaban correctas, pero otro siete por ciento de los casos (23.396) fueron corregidas al alza.

De las liquidaciones en las que se detectó deuda no declarada, más de 15.000 se corresponden con el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados y 8.229 con el tributo de sucesiones y donaciones.

Además, se hicieron 597.060 valoraciones de bienes y se concedieron 2.900 aplazamientos de impuestos, un 7 por ciento menos que en el periodo anterior.