Los inspectores de la Consellería de Sanidade detectaron el pasado año más de 13.800 bajas injustificadas de trabajadores gallegos a los que obligó a reincorporarse a su puesto de trabajo. Aunque durante los primeros años de la crisis se redujeron las ausencias laborales por enfermedad, a partir de 2013 volvieron a crecer y además se elevó la duración de los permisos. Esto supone un gasto cuantioso para las arcas públicas de la Seguridad Social que además en Galicia se ha incrementado en un 20 por ciento en los últimos cinco años hasta alcanzar la cuantía de 160 millones al cierre de 2017. El problema está en la picaresca de algunos trabajadores que fingen alguna dolencia o alargan su baja más de lo necesario. De ahí que el servicio de inspección de la Consellería de Sanidade mire con lupa algunos de estos procesos de incapacidad temporal.

Estos inspectores forzaron el alta médica el pasado año de 13.800 trabajadores. Pueden tratarse de bajas fraudulentas o simplemente de una disparidad de criterio con el médico que concedió el permiso por un exceso de celo del inspector que considera que el paciente no está tan grave como para ausentarse de su puesto de trabajo. En todo caso, el número de altas médicas forzadas por la inspección se redujo un 17 por ciento en relación a hace dos años.

Aunque compete al Instituto Nacional de Seguridad Social la gestión y el pago de las bajas por incapacidad temporal, son las comunidades autónomas las que asumen las tareas de control e inspección.

En Galicia son las Unidades de Saúde Laboral, dependientes de la Consellería de Sanidade, las que se encargan de hacer estas comprobaciones. La inspección centra su vigilancia en aquellos trabajadores que cogen bajas de forma recurrente o que llevan demasiado tiempo ausentes de su puesto de trabajo. Se fijan sobre todo en aquellos permisos que superan el tiempo medio estipulado para cada dolencia. Pueden intervenir de oficio o bien a petición de las mutuas o incluso de las propias empresas

Los inspectores pueden personarse directamente en el domicilio de los trabajadores de baja para comprobar su situación o citarlos para valorar su estado.

También pueden solicitar entrevistarse con los médicos de los centros de salud y revisar los procesos de incapacidad temporal que han concedido para comprobar si hay alguna irregularidad. Incluso pueden solicitar informes médicos adicionales si así lo consideran.

Puede ocurrir que haya desacuerdo con el médico de Atención Primaria sobre la baja. En ese caso, la última palabra la tiene siempre el inspector que puede ordenar el alta del trabajador, pese al criterio de su facultativo de cabecera.

El fin de la baja médica puede ser ordenado directamente por el inspector al paciente o bien puede ser el médico de Atención Primaria quien decrete el alta a instancias del funcionario de la Consellería de Sanidade.

En Galicia la media mensual de bajas de trabajadores ascendió a 15.523 durante 2018, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo correspondientes a octubre del pasado año. Los permisos de incapacidad laboral crecieron casi un 15 por ciento respecto a 2017.

De hecho, desde 2013 la tendencia es creciente. Aún así, todavía se está lejos de las 19.000 bajas que se producían antes de la crisis. Con el inicio de la recesión económica el miedo de los trabajadores a perder el empleo tuvo el efecto de reducir los permisos por incapacidad temporal durante los cinco primeros años.

Galicia, en todo caso, es la cuarta comunidad con menos incidencia de las bajas por cada mil trabajadores, solo por detrás de Asturias, Extremadura y la Comunidad Valenciana.

Y al aumento de los procesos de incapacidad temporal hay que añadir que las bajas cada vez son más largas en Galicia. El envejecimiento poblacional es determinante. De media cada trabajador se ausenta de su puesto de trabajo dos meses (60,8 días) frente a los 57 días de 2013.

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