Los presupuestos estatales de este año prevén una inversión en la conexión de alta velocidad entre Galicia y Madrid de 471 millones de euros, 192 menos que el pasado ejercicio, lo que supone un descenso del 29%. La reducción está relacionada con la cercanía del fin de las obras, previsto para el último trimestre del año, y la puesta en marcha del servicio, que arrancará el año que viene de cumplirse las estimaciones oficiales.

El Gobierno del socialista Pedro Sánchez entregó esta mañana sus cuentas en el Congreso, donde deberá ahora abordar la negociación política para lograr apoyos suficientes a su proyecto económico. En él, la inversión total en Galicia desciende un 19% hasta situarse en los 757 millones.

El AVE a Madrid constituyó en los últimos años el principal capítulo de la inversión en la comunidad, a pesar de sus continuos retrasos. El avance de las obras ha reducido paulatinamente los presupuestos de este proyecto, en el que el Ejecutivo central finalizó el pasado otoño el último de los cuarenta túneles que incluye.

Resta por acabar algunos viaductos y el interior de los túneles e instalar la plataforma y los cambiadores de ancho de vía para finalizar la obra, sin contar con los 17 kilómetros de la variante de Taboadela. Esta, que es el nuevo acceso a Ourense, queda pendiente.

En el tramo entre Olmedo y Ourense, el Ejecutivo prevé desembolsar 246,6 millones, así como otros 18 en la variante de acceso a la ciudad de As Burgas, aunque esta no está concluida cuando se dé por finalizada la conexión Galicia-Madrid, que empleará el trazado actual en ese punto.

Las cuentas socialistas, sin embargo, no dedican ni un euro a la variante por Cercedo, que permitiría a Vigo disponer de una conexión con la Meseta sin pasar por Santiago. Además, otros 27,8 millones irán a parar al AVE del Eje Atlántico.

Al gasto en el AVE a Madrid que afecta directamente a Ourense hay que añadir la inversión en la línea que se acometerá en Castilla y León, donde el Gobierno prevé gastar otros 224,4 millones.