"No se me ocurre que haya quien se salte el mandato de los votantes y los inscritos". Con estas declaraciones el portavoz de En Marea, Luís Villares, valoraba la posibilidad insinuada por los críticos de apartarlo de la portavocía del grupo parlamentario. Villares advierte a los críticos que acaba de ser refrendado como líder del partido en unas elecciones internas en las que "no se acreditó ninguna irregularidad", y que su designación como portavoz de En Marea en la Cámara se deriva del "mandato" de los inscritos en las elecciones primarias de agosto de 2016 y de las más de 270.000 gallegos que en los últimos comicios autonómicos depositaron su confianza en la lista liderada por su persona.

Villares tiene mayoría en la dirección del partido instrumental, pero no en el grupo parlamentario, donde solo cuenta con el respaldo de tres parlamentarios frente a los diez alineados con el sector crítico, que sigue poniendo en duda la validez de las primarias de diciembre.

La coordinadora nacional de EU y diputada de En Marea, Eva Solla, volvió a posicionarse ayer sobre si el sector opositor baraja relevar a Villares como portavoz en el Parlamento. Admitió que a finales de mes habrá una reunión de grupo en la que se podría dar "un debate" sobre "esa circunstancia".

Explicó que esta posibilidad no se ha abordado en ningún foro, ya que "todas las modificaciones dentro del grupo parlamentario" se tratarán en el seno del mismo."Es obvio que no somos impermeables al debate político que se da fuera, pero por ahora no se produjo ningún tipo de discusión en el grupo", agregó.

Luís Villares, por su parte, pidió a Podemos "responsabilidad" porque, a su juicio, romper En Marea "sería una torpeza que la ciudadanía de Galicia no entendería". Villares insistió en pedir a los perdedores de las primarias que asuman el resultado para empezar a hablar "de los problemas de la gente".

El portavoz de En Marea censuraba así el movimiento de la dirección de Podemos, que el pasado martes ofrecía a sus socios en la candidatura del sector crítico (Anova, EU y algunas mareas locales) iniciar un proceso de diálogo fuera del seno de En Marea de cara a reconfigurar el proyecto de la llamada unidad popular sin contar con el magistrado lucense y sus afines.

"Aquellos que predicaron la unidad del rupturismo ahora predican el rupturismo de la unidad", lamentó Villares. "Las llamadas a la ruptura son una llamada al fracaso", remarcó, para luego asegurar que los críticos "no representan el sentir mayoritario" de las bases de En Marea, que apostaron "claramente" por su proyecto.