La fractura interna de En Marea como proyecto autonómico se traslada ahora al ámbito municipal y anticipa la competencia de varias listas electorales hasta ahora "aliadas fraternas". Pontevedra, Ferrol y Lugo, al menos, se abocan a registrar lucha entre diferentes mareas en las elecciones locales de mayo, mientras que en otros lugares como A Coruña, Santiago o Vigo debe negociarse aún la entrada de Podemos en sus actuales mareas. En todas las urbes están designados ya candidatos a la Alcaldía de las actuales mareas.

Las fisuras en las mareas municipales se agrandaron a finales del año pasado, cuando Podemos avanzó sus intenciones: quería participar en los comicios municipales con su marca por primera vez, sellando coaliciones sin renunciar a sus siglas, aunque abriendo la puerta a algunas excepciones. Por ello, avanzó que celebraría primarias propias y con sus candidatos elegidos se sentaría a negociar con sus socios.

Desde entonces, Podemos cambió de dirección en Galicia y decidió implicarse en el pulso contra Luís Villares para derribarlo a él y a los suyos, aunque fracasó tras unas primarias aplazadas que han generado cruces de acusaciones de pucherazo y manipulación e incluso han acabado en la Fiscalía. De hecho, la dirección autonómica morada del diputado Antón Gómez-Reino analizó ayer por la tarde una auditoría propia sobre el proceso de votación, que, según avanzaron fuentes del partido, revela irregularidades.

Pues bien, a este contexto se sumaba el rechazo de las mareas municipales a situar a Podemos como un primum inter pares estableciendo una coalición que consideraban un paso atrás. Su planteamiento es igual al autonómico: que se integran en las plataformas existentes como el resto de partidos.

La ruptura de En Marea tras la batalla ganada por Villares tras las citadas primarias polémicas ha ensanchado la sima existente entre las diferentes familias, abocadas una competición que parece aclararse en Lugo. Allí, avanzan las negociaciones entre Podemos, Esquerda Unida y Equo para configurar una candidatura al margen de Lugonovo, cercana a Villares. De esa forma, se repetiría la escena de 2015 cuando esta última candidatura compitió también con Alternativa Cidadá de Esquerdas.

En Pontevedra hace meses que se da por imposible una alianza con Podemos y en Ourense aún no existe nada claro.

Los focos, sin embargo, apuntan a las tres ciudades coruñesas, símbolo de la irrupción de las mareas en 2015 y cuyo resultado marcará la tendencia de este espacio político. Los tres alcaldes autoproclamados "do cambio" apoyaron la lista contra Villares, finalmente derrotada, y son quienes más temen sufrir un castigo extra por la decadencia vertiginosa de una En Marea que nació como partido instrumental en verano de 2016 y de la que ahora ya recelan oficialmente Podemos y Esquerda Unida.

El propio Martiño Noriega, alcalde de Santiago, reconoció que el espectáculo de la batalla interna no favorecía sus intereses para retener el bastón de mando. En A Coruña, Santiago y Ferrol, Podemos contaba con la opción de integrarse en las mareas por considerarlas "marcas consolidadas", excepcionalidad que también sopesaba aplicar en Vigo. De hecho, el líder de los morados en A Coruña, José María García Buitrón, avanzó el mes pasado que pedirán a Marea Atlántica puestos de salida para sus candidatos.

Ferrol, sin embargo, es otro escenario de fragmentación clara. De Ferrol en Común han salido militantes que impulsarán una o dos candidaturas. Y se trata de un caso paradigmático del rompecabezas de este espacio político, pues Marea de Ferrol fue impulsada por Esther Leira, edil expulsada del grupo municipal del alcalde, Jorge Suárez, y cuya presentación contó con presencia de afines de Villares en la cúpula de En Marea. Es decir, apoyando a la oposición interna a uno de los "alcaldes do cambio". Además, en el último plenario rupturista Villares confesó que no acudió al aniversario de Ferrol en Común no por cuestiones de agenda, como alegó en su momento, sino por no haber sido invitado.