La minería factura unos 600 millones de euros anuales en Galicia, una comunidad que además es líder nacional en la producción de pizarrra o granito. Pero también es una actividad que genera un gran rechazo social por su impacto sobre el medioambiente. A pesar de ello, la Xunta está apostando con fuerza por esta actividad intentando reactivar explotaciones abandonadas y facilitando nuevas concesiones. Según el Catastro minero del Gobierno central,en la comunidad autónoma están autorizadas casi ochocientas explotaciones mineras y hay otros doscientos proyectos realizando prospecciones a la búsqueda de recursos. Además la Xunta tramita trescientas nuevas licencias para iniciar la actividad extractiva y analiza conceder otros 340 permisos de investigación para explorar el terreno.
Lugo está a la cabeza con 209 minas autorizadas, seguida de Ourense con 198, mientras que A Coruña y Pontevedra tienen 196 y 175, respectivamente, según los datos del Catastro Minero actualizados a noviembre de 2017. Esto no significa que todas ellas estén siendo explotadas actualmente puesto que hay un buen número en las que se ha abandonado la actividad pese a tener la licencia en vigor. De hecho, la Consellería de Economía decidió en 2011 retirar la concesión de unas seiscientas minas que no estaban siendo explotadas para volver a adjudicarlas. Su objetivo era triplicar la facturación del sector en diez años hasta alcanzar los 2.100 millones aprovechando el tirón en el mercado de materiales como el oro, el wolframio o el litio.
El impulso por este sector se refleja claramente en las cifras de proyectos que se están tramitando: un total de 648, lo cual no quiere decir que todos ellos terminen siendo autorizados. De hecho, 340 de las solicitudes son simplemente para hacer perforaciones que permitan explorar el terreno y comprobar si hay recursos. Pontevedra es la provincia donde se están tramitando más permisos de investigación (186), seguida de Ourense (62), A Coruña (50) y Lugo (42).
La Xunta estudia además otros 308 proyectos que quieren iniciar ya la actividad extractiva, la mayoría en la provincia lucense (141). En Ourense se están tramitando 87 concesiones y en Pontevedra y A Coruña otras cuarenta en cada una.
Pero además Galicia tiene otras 630 concesiones ya caducadas. Tras aprobarse a finales de 2017 la Lei de fomento da implantación empresarial, la Consellería de Economía anunció que sacaría a concurso decenas de estas minas durante este año para reactivar el sector.
Las mineras buscan sobre todo granito y pizarra, pero hay otros materiales con gran demanda en el mercado como el litio, el wolframio, el oro o las tierras raras que las empresas también quieren explotar en Galicia. El wolframio, que se usa para fabricar piezas industriales de perforación, tuvo ya su época dorada en Galicia pero en los años ochenta debido la depreciación de este material se abandonaron las minas. Ahora vuelve el interés por este elemento, que también se utiliza para la fabricación de móviles, al igual que el litio. En Pontevedra, por ejemplo, tres proyectos solicitaron a la Xunta un permiso para explorar de forma conjunta la presencia estos dos materiales en los concellos de Forcarei, Beariz, Cerdedo, A Lama, Lalín, Silleda y O Irixo.
Las mineras se han lanzado también a la búsqueda de tierras raras en Galicia. Se trata de un conjunto de 17 elementos muy escasos en la corteza terrestre y cuya demanda está aumentado porque se utilizan para construir piezas de vehículos híbridos. Hasta ahora China lidera la produccion. Pero en la provincia de Pontevedra hay dos empresas que han tramitado permisos para investigar la presencia de estos compuestos. Por un lado, Minería de Corcoesto quiere explorar el entorno de Gondomar, Vigo, Mos y O Porriño y Consulting de Geología y Minería ha puesto el ojo también en O Porriño y Mos. Las dos están a la espera del permiso de la Xunta. Además se busca oro en Baiona, Gondomar, Oia, Tomiño.
