En Galicia hay unas 114.000 hectáreas de tierra con buena aptitud agraria para ser puestas en producción y de ellas casi 46.000 son de la mejor calidad. El Observatorio de Movilidad de Tierras trabaja para facilitar el movimiento de predios y, en esa línea, el organismo dio a conocer ayer el informe anual sobre precios y movilidad de tierra rústica en Galicia con datos hasta 2016. Desde 2014 se produjo un descenso de forma que la extensión transaccionada se redujo en 2.169 hectáreas, un 18% menos al pasar de 12.589 a 10.420. En cuanto al número de operaciones, se redujeron en esos dos ejercicios en 5.632 compraventas -de 45.011 a 39.379-, lo que supone un descenso del 13%.

De todas formas, la tendencia es distinta según el tipo de fincas y el descenso a nivel general se debe a la caída de la movilidad en el monte gallego con 4.693 operaciones menos, que representan una bajada del 20% hasta los 20.711 casos. En cuanto a la superficie transaccionada -6.027 hectáreas- el descenso supera las 2.000 hectáreas, es decir, una reducción del 26%.

Por el contrario, en las tierras labradas y destinadas a pastos, la evolución es positiva con 20.711 operaciones un millar más de operaciones, un 5% más en comparación con 2014 y un repunte del 12% respecto a 2015. En extensión, el aumento más importante se dio entre 2015 y 2016 con el movimiento de un 12% más de hectáreas correspondientes a superficie agrícola hasta las 4.393 hectáreas contabilizadas hace dos años. Según las estimaciones de la Consellería de Medio Rural, en el último ejercicio la cifra subiría a 5.000 hectáreas.

La conselleira del Medio Rural, Ángeles Vázquez, que acudió a la clausura ayer de la jornada de presentación de los resultados del Observatorio de Movilidad de Tierras de Galicia, destacó que el aumento de la base territorial de las explotaciones agroganaderos es vital para que estas sean más rentables y competitivas.

Ancares

En este sentido, señaló que el departamento autonómico trabaja en varios proyectos para movilizar 1.543 hectáreas y que afectarían a unos 1.080 propietarios. Entre ellos, cabe destacar la recuperación de sotos tradicionales de castaña en el ayuntamiento de Folgoso do Courel, de praderas en tierras de pastos abandonadas en la comarca de los Ancares o para la producción de pasto en el ayuntamiento de Sober y pimientos en Arnoia.